Miles de personas rezaron este mediodía el Ángelus dominical con el Papa Benedicto XVI en la ciudad italiana de Brindisi, donde el Santo Padre recordó la importancia que ocupan en el mensaje cristiano la cooperación y la paz entre las naciones.
“Deseo renovar el mensaje cristiano de cooperación y de paz entre todos los pueblos”, fueron las palabras con las que el Pontífice inició su mensaje desde el puerto de Brindisi ante el Mar Mediterráneo.
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“El lugar en el que nos entramos –el puerto- está lleno de significado. Cada puerto habla de acogida, de cobijo, de seguirdad; habla de una meta suspirada tras la navegación, larga y difícil. Habla también de partidas, de proyectos y aspiraciones, de futuro”.
Recordando su pasado viaje a Nueva York y concretamente su visita a la Asamblea de la ONU, el Santo Padre afirmó que “la acción de la comunidad internacional y de sus instituciones no debe nunca ser interpretada como una imposición indeseada y una limitación de soberanía. Por el contrario son la indiferencia y la falta de intervenciones las que traen consigo un daño real”.
“Lo que se necesita –continuó- es una búsqueda más profunda de modos para prevenir y controlar los conflictos, explorando todo posible camino diplomático y prestando atención y aliento hasta a los más pequeños signos de diálogo o de deseo de reconciliación”.
Antes de iniciar con la oración mariana el Papa se dirigió con los presentes a María que “non indica el camino, donándonos a Jesús, camino de la paz. Que su materna protección defienda siempre vuestra Ciudad y Región, Italia y Europa de las tormentas que amenazan la fe y los verdaderos valores; que permita a las jóvenes generaciones asumir sin miedo para afrontar con cristiana esperanza el viaje de la vida”.
Tras el rezo del ángelus el Papa impartió su Bendición Apostólica.