El Obispo de Córdoba (España), Mons. Juan José Asenjo Peregrina, recordó que "las vírgenes consagradas son un don de Dios para nuestras comunidades cristianas", un regalo del Espíritu Santo, pues permaneciendo en el mundo ofrecen "su corazón y su vida entera para bien de la Iglesia y de todos los hombres".
En una reciente carta pastoral, el Prelado indicó que aunque no hacen votos de pobreza ni obediencia, viven "despegadas de los bienes materiales" y "están especialmente vinculadas al Obispo, que puede señalarles un campo concreto de apostolado".
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En el documento, recogido por Ecclesia Digital, Mons. Asenjo, señaló que la consagración de las vírgenes es considerado como "un desarrollo y profundización de la alianza bautismal que el Espíritu Santo sugiere a algunos bautizados a quienes llama a un amor esponsal, absoluto, irrevocable y definitivo con Jesucristo", y a vivir "la virginidad por el Reino de los cielos, a imitación del Señor" y de Santa María.
Asimismo, aseguró que "el carisma de la virginidad es un don de Dios" y nadie "puede pretender este estilo de vida si el Señor no le llama, pues supera todas las capacidades del ser humano". Todas las personas han "nacido para el amor esponsal", para amar, y la mayoría lo realiza en el matrimonio, pero "a algunos cristianos, el Señor les concede el don de la virginidad", agregó.
"Gracias a este don, viven una relación esponsal personal y exclusiva" con Jesús, "entregándole su corazón y su afectividad con un amor total, exclusivo e indiviso", aseveró.
Tras afirmar que "las vírgenes consagradas son un don de Dios para nuestras comunidades cristianas", Mons. Asenjo precisó que "además del servicio humilde y silencioso, pero siempre abnegado y eficaz" que prestan a sus Diócesis o parroquias, "su sola presencia edifica a la Iglesia" pues con su testimonio recuerdan "a todos que el Señor es el primer y supremo valor de nuestra vida y que merece ser amado con el mismo amor con que Él nos ama".
En otra parte de la misiva, recordó el reciente Congreso del Orden de las vírgenes consagradas realizado en Roma, y destacó que el Papa Benedicto XVI les puso como "el prototipo de las vírgenes cristianas" a la Virgen María.
El Señor concede a estas mujeres consagradas a Él "el privilegio misterioso pero real de ser, como María y como la Iglesia, vírgenes y madres al mismo tiempo, ejerciendo la maternidad espiritual en favor de todo el Pueblo de Dios", destacó.