El Presidente del Consejo Pontificio para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio María Celli, recordó que "la vocación del comunicador católico consiste en ofrecer respuestas a la búsqueda de Dios" que anida en el corazón humano.
La comunicación, en especial para los comunicadores cristianos, exige "una apertura a este anhelo básico", pues "si no prestamos atención a esta dimensión de la existencia humana, si nos hacemos los sordos al eco de la cuestión que revela un deseo de encontrar un destino que dé sentido a la vida humana, nunca podremos establecer una relación verdaderamente humana", señaló el Prelado en la reciente Convención de los Comunicadores Católicos de Estados Unidos y Canadá, que se realizó en Toronto.
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"Hoy afrontamos desafíos sin precedentes" y a la vez "maravillosas posibilidades, a causa del rápido desarrollo de la innovación tecnológica que está revolucionando a la comunicación en sus diferentes formas", afirmó el Mons. Celli y agregó que los cambios producidos por este desarrollo "exigen una profunda reflexión y un pensamiento innovador" para así poder "llegar mejor a los demás y comunicar mejor la Buena Nueva a toda la humanidad".
Asimismo, señaló que ese "profundo anhelo de Dios, algo que yo llamaría ‘nostalgia de Dios’" se experimenta "de una manera más inmediata cuando la persona tiene que afrontar la realidad de su soledad" pues en esos momentos "no puede evitar la consideración de las cuestiones últimas sobre la vida y la muerte, y el sentido de su propia existencia".
Ante esta situación el comunicador deber "ofrecer respuestas a la búsqueda de Dios" de cada persona, siendo Jesús "el corazón de nuestro anuncio", y teniendo en cuenta que la "manera en que comunicamos su mensaje exige ser continuamente replanteada y adaptada al momento y al contexto", finalizó el Prelado.