Al recibir al mediodía de Roma a los miembros de la Fundación Centesimus Annus - Pro Pontifice, el Papa Benedicto XVI destacó que "el hombre debe administrar los recursos confiados a él poniéndoles a disposición de todos" y evitar así "que el provecho sea solamente individual o que formas de colectivismo opriman la libertad personal".
El Santo Padre precisó luego que "el interés económico y comercial no debe convertirse en exclusivo, porque mortificaría la dignidad humana" y explicó que "es posible un desarrollo armónico, si las opciones económicas y políticas en marcha tienen en cuenta los principios fundamentales que las hacen accesibles a todos: me refiero, en particular, a los principios de la subsidiariedad y la solidaridad".
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Tras agradecer a la Fundación Centesimus Annus – Pro Pontifice "el servicio que brinda a la Iglesia, ofreciendo un generoso aporte a las múltiples iniciativas de la Santa Sede al servicio de los pobres en tantas partes del mundo", el Santo Padre recordó que el tema de este año para la reunión de esta organización es "El capital social y el desarrollo humano".
"Al centro de toda programación económica, especialmente considerando la vasta y compleja red de relaciones que caracteriza la época post-moderna, vemos que está siempre la persona humana, creada a imagen de Dios y querida por Él para custodiar y administrar los inmensos recursos de la creación", resaltó el Pontífice y precisó también que "solo una cultura de la participación responsable y activa puede permitir a todo ser humano sentirse no solamente usuario o testigo pasivo, sino activo colaborador en el proceso de desarrollo mundial".
Tras asegurar que el "gran desafío de hoy es 'globalizar' no solo los intereses económicos y comerciales, sino también la solidaridad, en el respeto y valoración del aporte de cada componente de la sociedad", el Pontífice afirmó que "como ustedes recuerdan oportunamente, el crecimiento económico no debe estar nunca desligado a la búsqueda de un desarrollo integral humano y social".
Benedicto XVI subrayó luego que la Doctrina Social de la Iglesia resalta la importancia de avanzar siguiendo el principio de subsidiariedad, "para contribuir libremente a orientar los cambios culturales y sociales y llevarlos hacia un auténtico progreso del hombre y la colectividad".
"En el último día, en el día del Juicio universal, se nos preguntará si hemos utilizados cuanto Dios ha puesto a nuestra disposición para responder a las esperanzas legítimas de los más pequeños y necesitados", preció el Papa.
"La Virgen María, que hoy contemplamos en su visita a su anciana prima Elizabeth, obtenga para cada uno de vosotros cuidar siempre del prójimo. Los tengo presentes en mis oraciones y con afecto les imparto mi Bendición a todos ustedes presentes, a sus familias y a quienes colaboran con ustedes en las diversas actividades profesionales", concluyó el Santo Padre.