"Estamos con ustedes. No tengan miedo", con estas palabras, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) se dirigió a los mexicanos que han emprendido la defensa de los no nacidos ante la legalización del aborto en el Distrito Federal cuya constitucionalidad decidirá la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
En el comunicado "Ante los retos que enfrenta la cultura de la vida", los obispos recordaron que "nuestro pueblo tienen derecho a una vida plena, propia de los hijos de Dios, con unas condiciones más humanas: libres de las amenazas del hambre y de toda forma de violencia".
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En este sentido, aseguraron que la vida es un "don maravilloso que Dios nos ha entregado y que los católicos, creyentes, hombres y mujeres de buena voluntad; estamos llamados a cuidar y defender".
Tras reconocer el "espiral de violencia ocasionada por los cárteles de la droga" en el país y alentar la labor "de las autoridades que combaten este flagelo", los obispos pidieron a los ciudadanos no desentenderse del problema porque "ninguna iniciativa, programa u operativo logrará erradicar este grave problema si no cuenta con la colaboración de la sociedad".
Asimismo, indicaron que "el respeto por la vida del ser humano debe comenzar en el momento de la concepción y continuar hasta la muerte natural, por lo que hemos seguido con gran interés las audiencias públicas convocadas por la Suprema Corte de Justicia de la Nación, relacionadas con las acciones de inconstitucionalidad contra del dictamen por el que se despenaliza el aborto hasta la doceava semana en el Distrito Federal".
"Consideramos que los argumentos presentados, desde las diferentes disciplinas, han enriquecido este debate, en el que el factor común es la preocupación por la vida, la del concebido y la de su madre", agregaron.
Los obispos alentaron y agradecieron "las manifestaciones en favor de la vida que se han dado en varios estados de nuestra nación. Saludamos a todos los hombres y mujeres comprometidos con la promoción de una cultura de la vida y les pedimos que continúen con mucho ánimo e intensifiquen su trabajo en la formación de conciencias que valoren, respeten y promuevan la vida".
"Les pedimos también que este tipo de manifestaciones no sea coyuntural, sino permanente. Solo con el trabajo constante podremos permear en todos los sectores de la sociedad. Estamos con ustedes, no tengan miedo. La Iglesia está convocada a ser abogada de la justicia y defensora de los pobres y los indefensos", aseguraron.