El Papa Benedicto XVI transmitió un especial sentimiento de aliento a los prelados de la Conferencia Episcopal de Albania, que este viernes concluyeron su visita "ad limina".
En su discurso, el Santo Padre afirmó que "tras la noche oscura de la dictadura comunista, la Iglesia pudo renacer providencialmente, también gracias a la fuerza apostólica" del Siervo de Dios Juan Pablo II, que visitó el país en 1993 y "reconstituyó de modo estable la jerarquía católica, por el bien de los creyentes y en beneficio del pueblo albanés".
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Tras poner de relieve que los obispos debían "promover en los actos y en las iniciativas aquella unidad que debe manifestar el misterio central y vivificador del único Cuerpo de Cristo, en comunión con el ministerio del Sucesor de Pedro", Benedicto XVI resaltó que era esencial la "responsabilidad compartida de los obispos para afrontar eficazmente los problemas y dificultades de la Iglesia en Albania".
"Exhorto a todos -continuó- a la prudencia evangélica, con caridad auténtica, recordando que los cánones eclesiales son medios para promover ordenadamente la comunión en Cristo y el bien superior del único rebaño del Redentor. Esto concierne también a la actividad evangelizadora y a la catequística, y se expresa en el compromiso en ámbito social".
El Papa se refirió luego al campo de la salud, a la educación, y a lo que "favorece la positiva colaboración entre los diversos miembros de la sociedad y las respectivas tradiciones religiosas".
Ante el fenómeno de la emigración, sea dentro que fuera del país, el Pontífice destacó que era necesario hablar con los obispos de otras naciones "para ofrecer una ayuda pastoral necesaria y urgente. Conozco -añadió- la dificultad de la falta de clero, pero también sé que muchos sacerdotes, que actúan en situaciones precarias, comprometidos en ofrecer el debido servicio ministerial a los fieles católicos de origen albanés en tierra extranjera, son generosos".
"Que la promoción de las vocaciones sea siempre una preocupación, que constituya una de vuestras prioridades, ya que el futuro de la Iglesia en Albania depende de ello".
puedan favorecer la reconstrucción espiritual del país