En una conferencia sobre el futuro de Europa y la fe en el continente, Mons. Raúl Berzosa, Obispo Auxiliar de Oviedo (España), señaló que el viejo continente necesita del cristianismo para seguir subsistiendo.
La conferencia del Prelado, titulada "El futuro del cristianismo en Europa a la luz del Papa Juan Pablo II", atrajo a numeroso público al Ateneo Jovellanos de la ciudad.
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En su disertación, Mons. Berzosa, especializado en antropología teológica por la Pontificia Universidad "Teresianum" de Roma, comenzó con una pregunta: "¿por qué Juan Pablo II se atrevió a hablar de la fecunda relación entre el cristianismo y Europa?"
Inspirándose en el Papa Wojtyla y Benedicto XVI, el Obispo pasó revista a la enseñanza reciente de los papas sobre el papel de la fe en Europa y contrastó dos corrientes de pensamiento que, según explicó "corren paralelas" en el viejo continente: una inspirada en la visión cristiana y otra que ve a la fe como una amenaza a la libertad de pensamiento.
Mons. Berzosa explicó que la realidad histórica de Europa está tan vinculada al cristianismo que la fe cristiana "aunque no se le quiera reconocer de forma explícita en la Constitución Europea, desea seguir contribuyendo a lo que expresan los artículos 1-2, cuando se afirma que la Unión se fundamenta en los valores de respeto a la dignidad humana, libertad, democracia, igualdad, Estado de Derecho y respeto a los derechos humanos".
"El anhelo europeo de una sociedad caracterizada por el pluralismo, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la no-discriminación es una realidad en la que el cristianismo tiene mucho que decir y aportar".
Por eso, señaló que, para el futuro de Europa, "tan perjudicial como un confesionalismo religioso cerrado, sería un confesionalismo laicista".
"No debemos olvidar –agregó– que la referencia al cristianismo de Europa está incluso en su símbolo por excelencia, la bandera, porque las doce estrellas provienen del culto a la Virgen María y están desligadas del número de estados adherentes".
"El cristianismo debe mantener la sensibilidad por la verdad; invitar siempre a buscar lo verdadero, el bien, a Dios mismo y urgir a elegir las luces más útiles y a Cristo como la luz que ilumina la historia y ayuda a encontrar el camino hacia el futuro. Todo un reto y una esperanza", concluyó, citando al Papa Benedicto XVI.