Durante el rezo del Ángelus en “el corazón” de su visita pastoral a Génova, en el norte de Italia, el Papa Benedicto XVI animó a los católicos a no dejar nunca de confiar en María.

El Pontífice se refirió a las dificultades iniciales que encontró siglos atrás el vidente a quien nuestra Señora de la Guardia –patrona de la ciudad- pidió construir un santuario en lo alto del monte Figogna.

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El Papa recordó que en aquella ocasión, en su primera aparición, la Virgen le dijo: “¡Confía en mí! Los medios no te faltarán. Con mi ayuda todo te será fácil. Sólo mantén firme tu voluntad. ¡Confía en mí!

“Esto nos repite hoy María. Una antigua oración, tan querida en la tradición popular, nos hace dirigirnos a Ella con estas confiadas palabras, que hoy hacemos nuestras: ‘Acordaos, o Virgen María, que jamás se ha oído decir que alguno que haya acudido a tu protección, implorando tu ayuda y tu protección, haya sido jamás abandonado”.

“Es  con esta certeza que invocamos la materna asistencia de la Virgen de la Guardia”, dijo el Santo Padre; “a Ella le pedimos que vele, de manera particular, sobre los enfermos y los sufrientes, y que haga fructíferas las iniciativas misioneras, para llevar a todos el anuncio del Evangelio”.

El Papa concluyó pidiendo a María que guíe el camino de todos los genoveses, que tantos misioneros a dado al mundo, especialmente a las América.