"Occidente debe acoger y ofrecer integración a los cristianos iraquíes que han dejado su país, pero al mismo tiempo debe presionar políticamente a Estados Unidos y al Gobierno de Bagdad para hacer que quienes deciden quedarse en la patria puedan hacerlo con seguridad y respeto", alentó el Arzobispo de Kirkuk (Irak), Mons. Louis Sako; desde Suiza.
"Los cristianos de Irak son una riqueza de la Iglesia universal y no pueden ser olvidados ni abandonados; ante el proyecto de total islamización del país de los dos ríos, emprendido por los extremistas", advirtió el Prelado, según informa L'Osservatore Romano.
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"Los cristianos de Occidente deben tomar conciencia de la gravedad de la tragedia de los cristianos iraquíes. Son los más antiguos habitantes del país y parte significativa de su cultura. Pero con frecuencia son víctimas de la violencia que los golpea por ser ellos cristianos", dijo el Prelado.
"Hace treinta años –explicó el Arzobispo– éramos el cinco por ciento de la población y hoy somos menos del tres por ciento. El país se ha convertido en terreno de acciones terroristas. Los ataques contra las iglesias, el secuestro de sacerdotes en Bagdad y Mosul, el asesinato de tres sacerdotes, de dos subdiáconos y del Arzobispo de Mosul de los Caldeos, Mons. Rahho, han destruido completamente la fe de muchos cristianos".
En opinión del Prelado iraquí, "quien se va de aquí debilita a quienes se quedan y da un argumento ulterior a los islámicos para presionarlos para que dejen el país, porque tenemos un refugio. Alentar de este modo la emigración quiere decir dejar a Irak y tal vez al Oriente sin sus cristianos. Es privar al país de este elemento específico de espiritualidad, de apertura y capacidad de diálogo".
En cuanto a las familias que ya están en Europa, prosiguió Mons. Sako, "existe el deber de integrarlas y legalizarlas en cuanto a su permanencia".
"La Iglesia en Occidente nos debe ayudar concretamente para quedarnos en nuestro país. La prioridad está en la apertura de las escuelas e institutos profesionales, así como de enfermería, a la puesta en práctica de pequeños proyectos agrícolas y de organizaciones económicas y sanitarias. Así se producirá empleo, que pueda nutrir la esperanza de poder quedarse", finalizó el Arzobispo.