Al recibir este viernes a los representantes del Foro de las Asociaciones Familiares y de la Federación Europea de las Asociaciones Familiares Católicas, el Papa Benedicto XVI recordó con Juan Pablo II que el futuro de la humanidad pasa por la familia y que su defensa "no es una cuestión de fe" sino de justicia.
Al dirigirse a los presentes, reunidos bajo el tema "La alianza para la Familia en Europa: el asociacionismo protagonista", el Santo Padre destacó que el congreso tiene como objetivo "sensibilizar a los gobiernos y a la opinión pública sobre el papel central e insustituible que desarrolla la familia en nuestra sociedad".
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El Santo Padre recordó que este año se celebran el 40 aniversario de la encíclica de Pablo VI "Humanae vitae" y el 25 aniversario de la promulgación de la "Carta de los derechos de la familia", presentada por la Santa Sede en 1983.
"La Carta de los derechos de la familia, dirigida principalmente a los gobiernos, brinda a los responsables del bien común un modelo y un punto de referencia para la elaboración de una legislación política adecuada de la familia. Al mismo tiempo, se dirige a todas las familias, inspirándolas a coaligarse en la defensa y promoción de sus derechos", explicó el Papa
El Pontífice, llamando a Juan Pablo II, "el Papa de la familia", lo citó diciendo: "El porvenir de la humanidad pasa a través de la familia".
Al hablar de las dificultades del núcleo familiar en esta época, el Pontífice señaló que "de tantas familias, en condiciones de preocupante precariedad, se eleva a menudo incluso inconscientemente una petición de ayuda que interpela a los responsables de la administración pública, de las comunidades eclesiales y de los organismos educativos"; por ello "cada vez es más urgente el compromiso de aunar fuerzas para sostener a las familias desde el punto de vista social y económico, jurídico y espiritual".
Entre las iniciativas surgidas del congreso, el Santo Padre elogió la de "una política fiscal a medida de las familias", encaminada a que "los gobiernos promuevan una política familiar que dé a los padres la posibilidad concreta de tener hijos y educarlos en la familia".
"La familia, célula de comunión y fundamento de la sociedad, es para los creyentes 'una pequeña iglesia doméstica' llamada a revelar al mundo el amor de Dios".
No son principios derivados de una confesión de fe, sino de la aplicación de la justicia