El Dr. Jorge Merchán Price, cirujano general de la Universidad Javeriana y líderes del movimiento "Médicos azules", ha dirigido una carta abierta a los médicos ginecólogos abortistas y a la Federación Colombiana de Asociaciones de Ginecología y Obstetricia (FECOLSOG) urgiéndolos a respetar el derecho a la vida del no nacido como parte esencial de la profesión médica.
La carta, escrita a dos años de la despenalización del aborto en Colombia, y cuando se han realizado más de 100 abortos legales, el Dr. Merchán señala que "el aborto continúa siendo una práctica clandestina en Colombia, igual que lo era antes de su despenalización. Esta última no logró sus objetivos con respecto de la muy malentendida libertad de la mujer y en cambio sí que distorsionó el derecho fundamental y universal a la libertad de conciencia especialmente en el gremio médico".
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"La conciencia de los médicos –escribe el médico– y con ella la moral médica universal se encuentran secuestradas en virtud de la muy arbitraria y caprichosa sentencia de la Corte Constitucional con respecto de la objeción condicionada de conciencia".
"Los médicos no matan porque ‘matar’ no es un acto médico: no restablece la salud y no preserva la vida", agrega la carta.
El Dr. Merchán señala además que actualmente en Colombia "son los médicos ginecólogos abortistas los responsables directos de este crimen antinatural y atroz. Y lo son porque Ustedes, los directivos de la Federación Colombiana de Asociaciones de Ginecología y Obstetricia (FECOLSOG) no solamente han ‘abandonado’ a sus ginecólogos miembros que sí respetan la vida y no desean practicar abortos (y que afortunadamente son la inmensa mayoría), sino que además no han tenido el carácter ni el valor de defender el espíritu de su profesión".
Merchán acusa a la FECOLSOG de haber contribuido a "su deslegitimación ética olvidando que su función y su responsabilidad primordial no es la de justificar lo injustificable mediante la prostitución de la misión universal y fundamental del médico."
"Señores FECOLSOG: que las mujeres tengan el derecho de abortar no significa que los médicos tengan la obligación de matar. ¡Los médicos no matan!", concluye la carta.