El Director del Diario Católico de Venezuela, P. José Laureano Ballesteros Blanco, denunció la "cacería de muchachos" en Táchira por medio de publicidad radial que invita a los jóvenes a asistir a moteles-prostíbulos; así como el ataque de sectas que los buscan para "lavarles el cerebro, aislarlos de sus familias y formar grupos fundamentalistas".
El sacerdote señaló en el editorial de su publicación que "hace mucho tiempo la Iglesia Católica viene denunciando, ante oídos sordos y ojos ciegos de las autoridades competentes" una serie de males como entre los que se encuentran el tráfico de niños y jóvenes, el expendio de drogas, y "la omnipresente prostitución masculina, especialmente infantil".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Seguidamente advirtió que los altos niveles de enfermedades de transmisión sexual en la ciudad se deben a "campañas disimuladas y habilidosas de algunas emisoras de radio en FM" que invitan "a 'meterse en los moteles-prostíbulos que hay a la salida de nuestra ciudad con la excusa de darle una oportunidad al amor'".
"¿Qué pensará un muchacho o una muchacha cuando escucha esta repetida publicidad musical de sus emisoras preferidas en complicidad clandestina con sus mp3-bolsilleros que tienen poderosos audífonos personales?", cuestionó el P. Ballesteros.
Tras alertar que estas campañas no son advertidas por los padres de familia o educadores, el presbítero asegura que existe otra campaña "no menos grave, recientemente denunciada también por la Iglesia Católica, y que se refiere a una descubierta campaña de algunas sectas que están desarrollando en estos días una cacería de jóvenes en el Táchira para lavarles el cerebro, aislarlos de sus familias y formar con ellos grupos fundamentalistas que van desde seudocristianos hasta satánicos".
"Nosotros estamos dormidos o atontados por las inverosímiles aventuras de los políticos mientras nuestra ciudad se hunde en el desamparo de los jóvenes, la basura de la contaminación moral y espiritual, el silencio de los educadores y la complicidad de quienes tienen el deber de velar por la vida, la honra, los bienes y la seguridad de todos los ciudadanos", concluyó.