Al asistir en el Aula Pablo VI a un concierto ofrecido por la Orquesta Filarmónica China y el Coro de la Ópera de Shangai, que interpretó la Misa de Réquiem de Wolfgang Amadeus Mozart, el Papa Benedicto XVI aseguró que el sentimiento religioso supera las fronteras culturales.
En el discurso que ofreció al final del concierto, el Papa afirmó destacó el interés de esta orquesta y del coro "por la música religiosa europea. Es un dato que muestra cómo es posible disfrutar y apreciar, en mundos culturales diferentes, elevadas manifestaciones del espíritu, como es precisamente el ‘Réquiem’ de Mozart, pues la música interpreta los sentimientos universales del espíritu humano, entre los cuales el religioso, que supera las fronteras de cada cultura particular".
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Asimismo, indicó que el concierto "nos pone en contacto, en cierto sentido, con la vivaz realidad del mundo chino" y reconoció que "en un grupo de tan válidos artistas podemos ver representada la gran tradición cultural y musical de China, y la ejecución nos ayuda a comprender mejor la historia de un pueblo, con sus valores y sus nobles aspiraciones".
"La música, y más en general el arte, pueden convertirse, por tanto, en un vehículo privilegiado de encuentro y de recíproco conocimiento y estima entre poblaciones y culturas diferentes; un medio al alcance de todos para valorar el lenguaje universal del arte", agregó.
Refiriéndose a "la gran sala", el Aula Pablo VI, en la que "el Papa recibe a sus huéspedes", dijo que "es como una ventana abierta al mundo, un lugar en el que se encuentran a menudo personas provenientes de todas partes, cada una con la propia historia personal y con la propia cultura, cada una acogida con estima y afecto".
"Esta tarde, al acoger a los queridos artistas chinos, el Papa desea acoger idealmente a todo vuestro pueblo, pensando especialmente en vuestros compatriotas que comparten la fe en Jesús y están unidos con un lazo espiritual particular al Sucesor de Pedro", señaló.
También recordó que "el Réquiem nació de esta fe, como oración al Dios juez justo y misericordioso, y precisamente por esto toca el corazón de todos, presentándose como expresión de un humanismo universal".
Al final, el Papa envió su saludo a través de los artistas, "a todos los habitantes de China, que, con las próximas Olimpiadas, se preparan para vivir un acontecimiento de gran valor para toda la humanidad", y en lengua china dijo: "Doy las gracias a todos y deseo todo bien".