La justicia brasileña ha abierto un nuevo juicio a los culpables de la muerte de la religiosa norteamericana Dorothy Stang, asesinada a tiros en febrero de 2005 en el estado de Pará (Brasil).
La religiosa fue asesinada cuando apoyaba a campesinos sin tierra en la implementación del "Proyecto de Desarrollo Sustentable", que implicaba redistribuir terrenos no utilizados de grandes hacendados.
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El hacendado Vitalmiro Bastos de Moura y Rayfran das Neves fueron condenados respectivamente a 30 y 27 años de prisión, respectivamente; el primero por instigar el crimen de la religiosa, el segundo por ejecutarlo.
Según la legislación brasileña, todo condenado a más de 20 años de cárcel tiene derecho a solicitar una apelación. La apelación de ambos acusados fue aceptada y el nuevo juicio comenzó el lunes 5 de mayo.
En sus primeras declaraciones, Rayfran das Neves cambió la versión de los hechos por décima vez, y en esta ocasión asumió íntegramente la autoría del asesinato; tratando de exculpar completamente a Bastos, hasta ahora considerado como autor intelectual del crimen.
En su nueva declaración, Bastos señaló desconocer a Rayfran y ser inocente de la acusación de haber instigado el crimen.
La justicia brasileña condenó a cuatro personas por el asesinato de la Hermana Dorothy. Junto a Rayfran y Bastos fueron condenados Amair Feijoli da Cunha a 18 años de cárcel por intermediar el crimen y Clodoaldo Carlos Batista a 17 años de prisión por haber presenciado el crimen y no haber hecho nada para impedirlo.
En el juicio el Ministerio Público va a pedir que los dos acusados sean condenados a la pena máxima permitida por la legislación brasileña.