Durante su programa radial semanal, el Arzobispo de Lima y Primado del Perú, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, recordó que los derechos humanos son reconocidos, no "inventados" por los organismos internacionales, pues responden al derecho natural y no la arbitrariedad de las convenciones.
"Los derechos humanos se basan en la ley natural, una ley que está inscrita en el corazón del hombre, en las diferentes culturas y civilizaciones", dijo el Cardenal. "Todo hombre los recibe por naturaleza, por el hecho de ser persona, porque están en nuestra propia identidad; y no los da las Naciones Unidas, ni una ley o una ONG", subrayó.
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El Purpurado advirtió que el esfuerzo por crear nuevos "derechos" para supuestas "minorías" "corremos el gran riesgo de relativizar y quitarle validez a la expresión 'derechos humanos'".
"Cuando se intentan separar de su origen y reducir a un determinado derecho, hay el gravísimo riesgo de que empiece la manipulación. Esto es lo que a mí me preocupa cuando veo que determinadas instituciones, con el título de derechos humanos, limitan su accionar exclusivamente a derechos políticos de determinado 'color' o ideología. De esta forma están deformando y confundiendo a la gente, porque todos defendemos los derechos humanos", advirtió.
El Arzobispo limeño destacó especialmente el reclamo del llamado "derecho al propio cuerpo", argumentado actualmente por organismos feministas para justificar la legalización del aborto.
"Ese no es un derecho natural, la mujer no se dio por sí sola su cuerpo", dijo el Purpurado, al explicar que la vida humana en el cuerpo de la mujer no forma parte de su cuerpo. "Lo que hay es un derecho a la salud y la integridad física".
El Cardenal Cipriani recordó también que "a muchos derechos humanos corresponden unos deberes humanos y que van unidos; pues muchas veces escuchamos una queja por los derechos que no tenemos y un silencio a los deberes que no cumplimos".
El Arzobispo de Lima señaló que hay existe el derecho a la huelga y a la organización sindical; pero "no existe el derecho a actuar con violencia, maltratando a los demás, interrumpiendo las calles y destrozando la propiedad privada, porque eso no está en ningún derecho humano".
El Arzobispo de Lima afirmó que estas precisiones "buscan definir los principios de una sana convivencia, de un sano pluralismo y de una sana tolerancia, que supone de lado todo lo que sea arbitrariedad o descalificación. Hablo con la Doctrina Social de la Iglesia y con las palabras recientes del Papa Benedicto XVI en Estados Unidos, en las Naciones Unidas", concluyó.