El Arzobispo de La Plata, Mons. Héctor Aguer, destacó el papel de la Iglesia en la formación de ciudadanos e indicó que no habrá un cambio social "si no reconocemos de algún modo la primacía de la caridad que al reflejarse en las costumbres cotidianas y como regla de vida de una comunidad, tiene que hacerse amistad social".
Durante el programa Claves para un Mundo Mejor, el Prelado hizo referencia al anuncio de la nueva asignatura de "Construcción de Ciudadanía" dentro del currículum escolar de la Provincia de Buenos Aires.
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En ese sentido, Mons. Aguer reseñó el papel de la Iglesia desde sus primeros años como formadora de buenos cristianos y por ende, de buenos ciudadanos. "Me parece que hay que reconocer que desde el comienzo del cristianismo, desde que la Iglesia comenzó a desarrollar su misión, hemos educado para la vida social, hemos educado ciudadanos, y buenos ciudadanos", señaló.
Esto ocurre, añadió, "en la catequesis y en la instrucción que la Iglesia ofrece a las familias cristianas para que formen a sus hijos".
Mons. Aguer recordó que es en la familia donde el niño aprende a sociabilizar, donde adquiere sus primeros conocimientos y valores. "Luego la Iglesia continúa haciéndolo en todos los aspectos de su obra evangelizadora y especialmente en el ámbito escolar, en el subsistema educativo eclesial", indicó.
El Arzobispo explicó que la "educación cristiana para la vida social" busca plasmar en las personas el mandamiento del amor, que viene a ser "la medida y regla última de todas las dinámicas conforme a la que se desarrollan las relaciones humanas".
"Acá traducimos por amor lo que habría que traducir en términos más teológicos por caridad. Se trata del doble precepto de la caridad: a Dios por sobre todas las cosas y a nuestros hermanos como a nosotros mismos", afirmó.