El Arzobispo de Lima, Cardenal Juan Luis Cipriani Thorne, pidió a los feligreses que participen de la Gran Misión de Lima y den "razón de nuestra esperanza, llevando la alegría, la ilusión y el entusiasmo de la fe a mucha gente".

Tras invitar a todos los feligreses a participar en la Misa de inicio de la Gran Misión de Lima, que se celebrará hoy 28 de abril en la Catedral a la 7:00 p.m., el Purpurado indicó que para esta gran tarea hay que vivir "esa alegría, vivir bien los mandamientos y vivir por amor cada una de esa batallas que todos tenemos cada día".

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La Misión, explicó el Cardenal, es una convocatoria para que todos los limeños den razón de su fe y puedan decirle a los demás "porqué tengo esperanza, en quién espero y qué espero".

La llamada a la esperanza del Señor es a "ser santos, a ser felices, buenos, generosos, honestos y trabajadores; y especialmente, nos llama a ser humanos. Porque si no somos humanos, no podremos ser divinos", que es el camino al que "Jesucristo nos ha invitado", señaló el Arzobispo de Lima.

"El camino a Dios pasa por el que cada uno de nosotros pueda decir con sinceridad que somos humanos; es decir, cumplimos esos deberes de una dignidad, de un respeto, de un cuidado de nuestro cuerpo y de una alegría; así como de un trato manso, respetuoso y de buena conciencia", aseveró el Cardenal Cipriani.

Asimismo, recordó que para ser parte de la Gran Misión "y ayudar a otros, debes aprender bien los diez mandamientos" y practicarlos, pues la razón de nuestra esperanza "es una ley viva que es la persona de Cristo, y en Él encontraremos hecho realidad todos los mandamientos".

En otro momento, el Arzobispo de Lima aseguró que para poder anunciar a Cristo es necesaria la gracia pues "de que nos sirve repetir y explicar si el Espíritu Santo no nos mueve" y por esa hay que acostumbrarse a que dialogar con el Espíritu de la Verdad.

Media hora antes de la Eucaristía de inicio de la Gran Misión saldrán en procesión las reliquias y una imagen de Santo Toribio de Mogrovejo, desde la Basílica del Santo Rosario (Convento de Santo Domingo) hacia la Catedral de Lima.