El Papa Benedicto XVI alentó a los jóvenes que tienen vocación a la vida consagrada a responder con valentía y fidelidad al llamado de Dios "para ponerse totalmente al servicio de la Iglesia, con una vida totalmente entregada por el Reino de los cielos".
En una carta dirigida al Cardenal André Vingt-Trois, Arzobispo de París, con ocasión del cien aniversario de la peregrinación de los jóvenes de la Provincia de París, que este año tuvo lugar del 22 al 27 de abril en Lourdes; el Santo Padre destaca que este evento "también es un tiempo privilegiado para dejarse interrogar por Cristo: '¿Qué quieres hacer de tu vida?'".
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"Quienes de entre vosotros sientan la llamada a seguirle en el sacerdocio o en la vida consagrada, como han hecho numerosos jóvenes que han participado en estas peregrinaciones, respondan a la invitación del Señor, para ponerse totalmente al servicio de la Iglesia, con una vida totalmente entregada por el Reino de los cielos. Nunca serán decepcionados", explica el Papa.
Tras recordar que este año se conmemora el 150 aniversario de las apariciones de la Virgen María a Santa Bernadette Soubirous en la gruta de Massabielle, en Lourdes, Benedicto XVI exhorta a los jóvenes a "celebrar con entusiasmo la alegría de creer, de amar y de esperar en Cristo, y a recorrer con confianza el camino de iniciación que se os propone. Os invito en particular, a recoger con atención el testimonio de vuestros antepasados en la fe y a aprender a acoger, en el silencio y la meditación, la Palabra de Dios, para que pueda modelar vuestro corazón y producir en vosotros frutos generosos".
El Pontífice comenta luego el ejemplo de Santa María, quien es "invitada a seguir un camino sorprendente y desconcertante, su disponibilidad le hizo saborear una alegría que todas las generaciones cantaron".
"Nuestro 'sí' a Dios hace brotar la fuente de la verdadera felicidad. Libera al yo de todo lo que le encierra en sí mismo. Hace entrar la pobreza de nuestra vida en la riqueza y la fuerza del proyecto de Dios, sin poner trabas a nuestra libertad y nuestra responsabilidad. Conforma nuestra vida a la misma vida de Cristo", remarca el Santo Padre.