El Observador Permanente ante la FAO, Mons. Renato Volante, reafirmó el apoyo de la Santa Sede, "con la perspectiva esencialmente ética que le pertenece, de aquellas opciones de naturaleza política y social capaces de dar respuesta en modo concreto y coherente a las necesidades actuales".
Así lo expresó el Prelado el pasado17 de abril en su intervención en la Conferencia Regional de ese organismo para América Latina y el Caribe, que se ha celebrado en Brasil.
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El prelado elogió la labor que la FAO lleva a cabo en colaboración con diversos gobiernos para erradicar el hambre y la malnutrición, y explicó que "esta Conferencia indica una vez más que el esfuerzo principal es transferir en una dimensión humana aquellas fuerzas que la tecnología y las nuevas investigaciones científicas permiten aplicar a la actividad agrícola y, por lo tanto, a la producción de alimentos".
"El compromiso es confrontarse con las más amplias estrategias elaboradas a nivel mundial para erradicar la pobreza", precisó.
Seguidamente, y al referirse a la seguridad alimentaria, el Nuncio subrayó que esto implica "considerar no sólo las dificultades de la producción agrícola provocadas por factores ambientales y de territorio", sino también "las derivadas de políticas comerciales desfavorables causadas por la ausencia de progreso en las negociaciones multilaterales sobre el comercio de productos agrícolas".
Asimismo subrayó que la economía de muchos países "depende casi exclusivamente de la exportación de un restringido número de productos típicos y, al contrario, la seguridad alimentaria, de la importación de muchos alimentos".
Luego, al tratar el tema de la reforma agraria, Mons. Volante comentó que sigue siendo una cuestión "abierta y problemática" cuya "lenta evolución en los países de la región confirma cuanto sea necesario adoptar estrategias de propiedad de la tierra y legislaciones que puedan realizarse concretamente".
"Toda reforma agraria debe poder hacer referencia a la realidad de los pequeños agricultores y de las comunidades indígenas, con su tradición lejana frecuentemente de la dimensión institucional y de las ventajas de nuevos criterios de producción. Se trata de un objetivo prioritario al que la Iglesia Católica reserva gran atención, dispuesta a colaborar con sus estructuras y mediante las formas de asociación y cooperación", concluyó.