El Secretario de Estado Vaticano, Cardenal Tarcisio Bertone, subrayó que ante una humanidad que vive alejada de Dios y que ha querido buscar caminos de despliegue alejada de él, ha llegado la hora, "sobre todo de los laicos, de un valeroso anuncio de Cristo, único Redentor del hombre y de todos los hombres".
Así lo expresó el Purpurado en un mensaje enviado al Cardenal Dionigi Tettamanzi, Arzobispo de Milán, de la Universidad del Sacro Cuore, en ocasión de la Jornada de este centro de estudios que se celebró el pasado domingo; según informa el diario oficioso del Vaticano, L'Osservatore Romano.
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En el texto, el Cardenal Bertone destacó que el hombre "postmoderno", en medio de los progresos tecnológicos, experimenta hoy también como se apagan sus aspiraciones más íntimas. "En una palabra, la humanidad del tercer milenio, después de haber buscado construir en los siglos recientes el propio destino de modo autónomo, confiando en sus propios recursos y prescindiendo de Dios (e incluso poniéndose en su contra) hoy ve como se delinea en el horizonte un futuro siempre más incierto", remarcó.
El Secretario de Estado dijo luego que "no es cierto que sea fácil inculturar la fe en el actual contexto mundial, lleno de múltiples desafíos. El anuncio y el testimonio de los cristianos debe confrontarse y dialogar con los hombres y mujeres pertenecientes a religiones e ideologías alejadas del Evangelio".
Seguidamente puso como ejemplo a la Sierva de Dios Armida Barelli, que con el Padre Agostino Gemelli y algunos amigos fundara la Universidad del Sacro Cuore, quien vivió una "consagración secular en el mundo, para el mundo y con el mundo; sin que por esto asimilara al mundo porque comprendía que, si eso hubiera sucedido, habría defraudado al mundo mismo de aquella providencial diferencia que el Evangelio ofrece y asegura".
Ese mismo testimonio es el que se les pide a los laicos para que impregnen la novedad de Cristo las distintas profesiones y actividades en las que están empeñadas. Con eso, finalizó el Cardenal, se exige al cristiano una fe personal madura, que se traduzca en una "vida buena" de servicio a los demás.