Los obispos de Madrid, Alcalá de Henares y Getafe, recordaron a los jóvenes que "la Iglesia está siempre en misión, porque no puede dejar de anunciar que Dios es amor y quiere ser amado por todos los hombres".
En una reciente Carta Pastoral titulada: "Volvieron llenos de alegría", por la clausura de la Misión Joven, los prelados indicaron que "la misión que hemos realizado, queridos jóvenes, ha sido sobre todo una acción de Cristo que se ha servido de todos nosotros para vencer el mal y el pecado que existe en nuestro mundo y, especialmente, entre los jóvenes".
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Asimismo, señalaron que al terminar esta misión "estamos alegres porque, con nuestras diversas acciones, hemos servido a Cristo en su acción salvadora", le hemos prestado nuestras manos y nuestros pies, nuestras palabras y acciones, nuestra persona entera para ser sus testigos llevando la buena nueva del evangelio, que es, sobre todo, el evangelio del perdón y de la misericordia".
En otra parte del documento, los obispo aseguraron que en los encuentros con jóvenes se pudo ver que "la Palabra de Dios es poderosa, capaz de penetrar en el corazón de los jóvenes y convertirlos a Cristo; que su amor vence todo obstáculo y que la mayor desgracia que pueden experimentar los jóvenes de hoy es desconocer a Cristo".
Por ello ahora el Señor "nos invita ahora a la acción de gracias porque Él ha sido grande entre nosotros" pues al "colaborar con Él como enviados suyos, nuestros nombres están en la presencia de Dios", quien "nos conoce y nos ama como discípulos y seguidores de Cristo; nos fortalece en las pruebas y nos consuela con el único premio que no se marchita: el Reino de los cielos", aseveraron.
Tras afirmar que misionar es "trasformarnos en Cristo para irradiar su propia vida en nuestra pequeña y humilde existencia", los prelados animaron a los jóvenes a que el amor que Dios tiene a cada uno los dirija lleve a "los hombres de cada generación para que también ellos participen de esta experiencia y amen a Cristo con todas sus energías".
La Misión Joven fue convocada por los obispos de las diócesis de Madrid, Alcalá y Getafe. Tras 3 años apostolado será clausurada el próximo 30 de mayo en el Cerro de los Ángeles de Madrid, donde se realizará la Consagración al Corazón de Jesús como muestra de agradecimiento a Dios los frutos apostólicos obtenidos.