El Papa Benedicto XVI destacó ante los obispos de la Conferencia Episcopal de las Antillas, que se encuentran en visita ad limina en el Vaticano, que "¡si los jóvenes son buenos cristianos, será buenos ciudadanos!".
Al recibirlos este mediodía, el Santo Padre afirmó que "cada uno de vosotros siente la gran responsabilidad de hacer todo lo posible para sostener el matrimonio y la vida familiar, fuente primaria de cohesión en las comunidades, y por tanto de una importancia capital a los ojos de las autoridades civiles".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Ante esta realidad, dijo el Pontífice, "la amplia red de escuelas católicas en toda vuestra región puede aportar mucho. Los valores que arraigan en el camino de la verdad ofrecido por Cristo, iluminan el espíritu y el corazón de los jóvenes y les animan a seguir el camino de la fidelidad, de la responsabilidad y de la libertad verdadera".
Al comentar los desafíos con los que deben lidiar los prelados antillanos, el Papa explicó que el país es azotado " por los aspectos negativos de la industria del entretenimiento, el turismo explotador y el flagelo de las armas y del mercado de la droga. Esto no solo mina la vida familiar y desestabiliza los fundamentos de los valores culturales tradicionales, sino que tiende a afectar negativamente a la política local".
Asimismo, alentó a los obispos a ser "testigos audaces de la luz de Cristo, que proporciona a las familias una dirección y un objetivo, así como predicadores intrépidos del poder del Evangelio, que debe impregnar el modo de pensar, los criterios de juicio y las normas de comportamiento".
Tras destacar que "la renovación pastoral es una tarea indispensable para cada una de las diócesis", el Papa subrayó que "es de vital importancia la promoción incansable de vocaciones y la dirección y formación permanente de los sacerdotes. Vuestra solicitud por la formación humana, espiritual, intelectual y pastoral de vuestros seminaristas y sacerdotes es una clara expresión de vuestro cuidado y preocupación por la constante profundización de su ministerio pastoral".
Por esa razón exhortó a los obispos a sostener el Seminario San Juan Vianney y de los Mártires de Uganda; y afirmó que "la institución de un seminario francófono en la región es un signo de esperanza".
El Papa también afirmó que la preocupación pastoral de los obispos de las Antillas por "la disminución de vocaciones religiosas demuestra vuestro profundo aprecio por la vida consagrada. Hago un llamamiento a vuestras comunidades religiosas, alentándolas a reafirmar su llamada con confianza, y guiadas por el Espíritu Santo, a proponer de nuevo a los jóvenes el ideal de la consagración y misión".