Con una intensa campaña de hostilidad y agresiones por parte de sus copartidarios, el bloque oficialista Acuerdo País forzaría la separación de las asambleístas pro-vida y familia Rossana Queirolo y Diana Acosta que participan en la Asamblea Constituyente de Ecuador.
En las últimas semanas, Queirolo y Acosta se convirtieron en las principales voces del grupo de asambleístas del oficialismo con una clara apuesta por defender la vida sin excepciones y proteger el matrimonio como la unión de hombre y mujer en el texto de la futura Constitución Política de Ecuador. Esta postura les valió ataques furibundos por parte de sus propios compañeros de bancada e incluso la asambleísta oficialista Betty Amores les solicitó públicamente que renuncien "por dignidad" ya que no comparten la línea oficialista.
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Queirolo dejó en claro que fue electa como asambleísta "por mandato del pueblo" y no cambiará sus convicciones personales; precisó que en la bancada "hay dos posturas sobre los tres temas polémicos y yo me mantengo en la mía sobre respetar la vida desde su concepción a la muerte".
Para Carlos Polo, Director de la Oficina para América Latina de Population Research Institute "este acto constituye un grave atentado a la libertad de pensamiento. Un precedente así lo único que hace es invalidar el proyecto mismo de una nueva Constitución. Correa debería darse cuenta que por ese camino perderá en el referéndum que aprobaría el texto final de la nueva Constitución. Si Correa se deja llevar por algunos políticos favorable al aborto, el voto por el NO en el referéndum será mayoritario".
En medio de esta polémica y para evitar la pérdida de respaldo popular, Acuerdo País publicó un comunicado para en el que promete incorporar "de manera ecuménica el nombre de Dios y las diversas formas de religiosidad, espiritualidad y creencias de los ecuatorianos"; proteger la vida desde la concepción; mantener el matrimonio como la unión de un hombre y una mujer y no discriminar "a nadie por su orientación sexual".