En una entrevista concedida al diario oficioso del Vaticano, L'Osservatore Romano (LOR), el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei explicó que el Motu Proprio Summorum Pontificum del Papa Benedicto XVI que liberaliza la Misa en latín no es una vuelta al pasado y ha generado además el retorno a la plena comunión de muchos hermanos separados.
En la entrevista realizada por Gianluca Biccini, el Purpurado explicó que "la carta apostólica de Benedicto XVI Summorum Pontificum sobre el uso de la liturgia romana anterior a la reforma efectuada en 1970 está haciendo volver incluso a algunos no católicos a la plena comunión con Roma. Lo solicitan de esa forma luego que el Papa renovara la posibilidad de celebrar según el antiguo rito".
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El Cardenal Castrillón puso como ejemplo el siguiente caso: "en España, el Oasis de Jesús Sacerdote, un entero monasterio de clausura con 30 hermanas guiadas por su fundador, ya ha sido reconocido y regularizado por la Pontificia Comisión".
"De otro lado existen grupos de estadounidenses, alemanes y franceses y algunos laicos que nos contactan, nos escriben y llaman para buscar una reconciliación y de otra parte hay muchos otros fieles que manifiestan su gratitud al Papa por la emisión del motu proprio", prosiguió.
Para el Presidente de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei "es necesario dejar algo en claro: no se trata de un retorno al pasado sino de un progreso, porque se tienen ahora dos riquezas, en vez de una sola. Y de esta forma se ofrece esta riqueza, respetando el derecho de quienes están particularmente ligados a la antigua liturgia".
Si bien admitió que pueden surgir algunos problemas prácticos al momento de la aplicación del motu proprio, el Cardenal indicó que la Pontificia Comisión que preside "está pensando en organizar una forma de ayuda a los seminarios, diócesis y conferencias episcopales. Otra perspectiva en estudio es la de promover subsidios multimedia para el conocimiento y el aprendizaje de la forma extraordinaria con toda la riqueza teológica, espiritual y artística ligada también a la antigua liturgia".
"Además parece importante que existan sacerdotes que ya usan la forma extraordinaria y que se ofrezcan para celebrar o para ilustrar la celebración según el misal de 1962", explicó.
Tras precisar que con este motu proprio "el Papa ha sido claro" y que "es un error de algunas personas y de algunos periodistas, afirmar que el uso de la lengua latina solo le pertenece al antiguo rito, ya que si está previsto en el misal de Pablo VI", el Purpurado colombiano destacó que Benedicto XVI ofrece con este documento "a todos los sacerdotes la posibilidad de celebrar la Misa también en la forma tradicional y a los fieles les permite ejercitar el derecho de tener este rito cuando existan las condiciones especificadas en el motu proprio".
"El Papa ofrece a la Iglesia una riqueza que es espiritual, cultural, religiosa y católica. Hemos recibido cartas de consenso también de prelados de las iglesias ortodoxas, de los anglicanos y protestantes. También hay algunos sacerdotes de la Fraternidad San Pío X que, individualmente, están buscando regularizar su posición. Algunos de ellos ya han suscrito la fórmula de adhesión. Sabemos también que existen laicos tradicionalistas, cercanos a la Fraternidad, que han comenzado a frecuentar las misas en el rito antiguo ofrecidas en las iglesias de las diócesis", continuó el Cardenal.
Al preguntársele "¿cómo es posible un retorno a la "plena comunión" para personas excomulgadas?", el Purpurado contestó que "la excomunión solo recayó sobre los cuatro obispos" ordenados por el obispo cismático francés Marcel Lefebvre, entre los que se encuentra el actual líder de la Fraternidad San Pío X, mons. Bernard Fellay, "porque fueron ordenados sin el mandato del Papa y contra su voluntad, mientras que los sacerdotes están solo suspendidos".
Precisando un dato más sobre estos sacerdotes suspendidos, el Purpurado añadió que "la Misa que celebran es sin duda válida, pero no lícita y; por esa razón, no se aconseja la participación en ella, a menos que el domingo no exista otra posibilidad. Ciertamente ni los sacerdotes ni los fieles están excomulgados. Quisiera a propósito de ellos aclarar la importancia de las cosas para poder juzgarlas correctamente".
De otro lado el Cardenal Castrillón comentó también algunas cosas de su experiencia personal con la liturgia. "Me gusta mucho el novus ordo que celebro cotidianamente. No he celebrado más según el misal de 1962, luego de la reforma litúrgica. Hoy al retomar algunas veces el rito extraordinario, también yo he redescubierto la riqueza de la antigua liturgia que el Papa quiere mantener viva, conservando aquella forma secular de la tradición romana".
"No debemos olvidar nunca que el punto supremo de referencia en la liturgia, como en la vida, es siempre Cristo. No tenemos entonces miedo, también en el rito litúrgico, de volvernos a Él, hacia el crucificado, juntos a los fieles, para celebrar el santo sacrificio, en modo incruento, como el Concilio de Trento definió la Misa", concluyó.