El Obispo de San Cristóbal (Venezuela), Mons. Mario Moronta Rodríguez, señaló que "gracias a la Pascua del Señor Jesús, hemos nacido de nuevo" para una esperanza viva que no es una "resignación fatalista de quien aguarda algo o a alguien para que le resuelva sus problema" sino que "apunta hacia la plenitud".
En una reciente reflexión, el Prelado afirmó que ésta nueva vida es la salvación que "nos transforma en hombres nuevos, mujeres nuevas", para la cual "san Pablo emplea la imagen del camino: con el bautismo nos incorporamos a la muerte y resurrección de Jesús y así comenzamos a caminar en la novedad de vida" que "cambia radicalmente nuestra existencia, al convertirnos en hijos de Dios Padre y discípulos de Jesús".
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Tras preguntarse "para qué nos hace el Señor nacer de nuevo", Mons. Moronta indicó que San Pedro lo "responde de manera clara y directa: para una esperanza viva" que es "una redundancia, pues toda esperanza si lo es, será siempre viva", pero con ello "lo que quiere es recordar el aspecto dinámico de la esperanza".
La esperanza "no consiste en un conformismo o resignación fatalista de quien aguarda algo o a alguien para que le resuelvan sus problema" sino que "la esperanza cristiana apunta hacia la plenitud" y por eso es una actitud de camino en "la novedad de vida y en la vida según el Espíritu", agregó.
Asimismo, el Obispo de San Cristóbal señaló que la esperanza es viva porque "nace del mismo Señor que nos ha dado la resurrección y la vida", porque "nos pone en camino continuo hacia la plenitud", nos "permite demostrar que somos llamados por Dios a su encuentro en esta existencia terrenal como en la vida definitiva del cielo", y "manifiesta la novedad en la que caminamos" que "no se agota en la existencia terrena, sino que tiene como meta la plenitud definitiva".
"Todo esto nos lleva a pensar en lo que hemos de hacer: somos miembros del pueblo de Dios" y como tales "discípulos de Jesús y gente de esperanza" y "el compromiso y la responsabilidad de los creyentes" es "salir al encuentro de los demás para hacerlos discípulos", aseveró.
Esta misión se debe tener muy presente hoy para dar "el testimonio vivo de esperanza" con "nuestra comunión fraterna manifestada en alegría", que "transmitimos con nuestras palabras y acciones" para así atraer "a otros hacia el encuentro con el Señor".
"Este es un tiempo propicio para reafirmar que los católicos en Venezuela y en el resto del mundo creemos en el Dios de la resurrección. Por eso, no sólo nos sentimos nuevas criaturas, sino que actuamos y caminamos en una esperanza viva", concluyó Mons. Moronta.