Un párroco croata encontró un medio efectivo para lograr que los jóvenes de su parroquia permanezcan en las instalaciones del templo después de cada Misa: Instaló una cafetería en la que los productos ofrecidos se pagan con oraciones.
"Comenzó en realidad como un juego", explicó el Capellán Juvenil Damir Stojic a la agencia de noticias ENI. "Después de la Misa de domingo, los jóvenes se iban a los cafés aledaños, y nosotros queríamos que se quedaran en la iglesia".
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Entonces se instaló una cafetería en la iglesia con comida y bebidas donadas. Aquí un café simple cuesta tres Padrenuestros, un capuchino cuatro Padrenuestros y una soda cinco Avemarías.