"El consejo de obispos católicos y ortodoxos de la región de Nínive ha establecido que, a la luz de los tristes acontecimientos que han agobiado a la comunidad, las celebraciones para la Pascua tendrán solo Misas y oraciones en todas nuestras diócesis", así lo explicó a L'Osservatore Romano el Arzobispo de los sirios de Mosul, Mons. Basile Georges Casmoussa.
Esta decisión se tomó pocos días después de la trágica muerte del Arzobispo de los caldeos de Mosul, Mons. Paulos Faraj Rahho, ocurrida tras su sangriento secuestro en el que también murieron sus tres acompañantes.
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Mons. Casmoussa, secuestrado también en 2005, comenta también que los habitantes de la ciudad han organizado vigilias de oración y machas de solidaridad para que "se desplieguen las fuerzas de seguridad que velen no solo por los cristianos, sino también por los habitantes musulmanes de la ciudad, que que viven y participan como nosotros en este momento difícil".
Asimismo subrayó que "el drama de Mosul, atacado por grupos criminales y terroristas, afecta a toda la población civil, que ha condenado, con palabras duras también de parte de las autoridades y guías espirituales musulmanes, el asesinato de un hombre de paz y diálogo como era el Arzobispo Paulos Faraj Rahho".
Ha sido, concluye el Arzobispo, una Pascua de oración y también de llamados para que "toda esta violencia termine y la gente pueda finalmente volver, como en una resurrección, a la esperanza y la vida".