Antes de finalizar su alocución en la Audiencia General de este miércoles, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado a la paz en el Tibet, tras las violentas protestas en este lugar contra el Gobierno chino, que han cobrado la vida de al menos 10 personas y ha dejado más de un centenar de heridos.
"Sigo con gran trepidación las noticias, que en estos días vienen del Tibet. Mi corazón de Padre siente tristeza y dolor frente al sufrimiento de tantas personas. El misterio de la pasión y muerte de Jesús, que revivimos en esta Semana Santa nos ayuda a ser particularmente sensibles a su situación", dijo el Pontífice.
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"Con la violencia no se resuelven los problemas, solo se agravan. Os invito a unirse a mí en la oración. Pedimos a Dios omnipotente, fuente de luz, que ilumine las mentes de todos y dé a cada uno el coraje de escoger la vía del diálogo y la tolerancia", precisó el Santo Padre.
Las protestas contra el Gobierno chino tienen como origen el deseo de un sector de los tibetanos que desean independizarse de este país asiático.