El Cardenal Angelo Bagnasco, Arzobispo de Génova y Presidente de la Conferencia Episcopal Italiana, precisó que el trabajo debe portar consigo "un resultado ideal y moral" sin el cual se convierte en "presa de la lógica del mercado" que no considera la centralidad de la persona que trabaja.
Así lo expresó el Purpurado en la homilía pronunciada ayer por la tarde en la Misa de la Fiesta de San José, celebrada en la Catedral de San Lorenzo.
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"Si el trabajo no porta junto al resultado económico para los sujetos y para la hacienda; también un resultado ideal y moral; éste pierde una gran parte de su eficacia para todos", porque se "convierte solo en presa de la lógica del mercado, lógica que no considera la centralidad de la persona que trabaja y que vive en una serie de relaciones humanas", dijo el Cardenal.
"La Iglesia se interesa en el mundo del trabajo porque no puede no interesarle todo lo que respecta al bien del hombre, su vida". De hecho "la fe en la vida eterna no oscurece el presente ni disminuye las responsabilidades terrenas: al contrario, ofrece perspectivas y motivos ulteriores para construir un mundo más justo", prosiguió el Arzobispo.
Para el Cardenal Bagnasco, el trabajo "no es solo un medio de sustento", sino también un modo "para colaborar con los otros a construir una sociedad mejor, no solo por los evidentes resultados económicos para todos, sino también y en primer lugar para el mundo de los valores espirituales y morales que cada trabajo exige".
Finalmente comentó que el trabajo "debe ser fruto de una visión ideal de la vida, la familia, la sociedad, un modo de concebir el bienestar y la economía".