El Obispo de San Cristóbal, Mons. Mario Moronta, invitó a los feligreses a acompañar a Cristo en los últimos momentos de su camino terreno con las palmas que simbolizan la fe "que no siente miedo de ser testimoniada".
"Al inicio de esta Semana Santa nos disponemos a acompañar los últimos momentos del camino terreno de Jesús antes de su muerte. Lo hacemos hoy aclamándolo con las palmas que son el símbolo de nuestra fe que no siente miedo de ser testimoniada", expresó el Prelado en su mensaje por Domingo de Ramos.
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En ese sentido, señaló que en este día los cristianos reafirmamos "que Cristo es nuestra esperanza y que es el camino que nos conduce a la única y auténtica salvación: la que nos introduce en la plena y definitiva comunión con Dios".
El Obispo afirmó que tal como el evangelista Lucas presenta la vida de Jesús, se trata de un camino hacia Jerusalén que tiene como meta el cumplimiento de la promesa de salvación; el cual tiene dos momentos "especialmente culminantes": La entrada triunfante a la ciudad santa y el camino al Calvario.
El primero de estos momentos, explicó, nos presenta a "Jesús aclamado por los niños de los hebreos y la gente sencilla del pueblo" que lo reconoce como Rey. En el segundo momento, añadió, Jesús es abandonado de los suyos, "ultrajado e insultado por los poderosos de entonces".
"Tres días después, la luz de la Resurrección daría sentido a la auténtica esperanza, la de la salvación y mandaría al traste toda la prepotencia y soberbia de los que se creían poderosos", afirmó.
Mons. Moronta alentó a los cristianos en la tarea evangelizadora porque "si el camino de Jesús conduce al cumplimiento de la promesa (de la salvación) y llega hasta la cruz para hacer que la esperanza de la humanidad sea colmada, desde esa cruz nace un nuevo camino que comparte una nueva esperanza, la que nos impulsa a ir mar adentro, a poner las manos en el arado y ver hacia el horizonte, a proclamar que Él es el Señor. Somos peregrinos de esperanza y sabemos cuál es nuestro camino".