Que “este trágico acontecimiento sirva para reconstruir en la martirizada tierra de Irak un futuro de paz”, señaló el Papa Benedicto XVI en un telegrama enviado a los católicos iraquíes tras la muerte del Arzobispo caldeo de Mosul, Mons. Paulos Faraj Rahho, secuestrado el 29 de febrero pasado en Irak.
En el mensaje dirigido al Cardenal Emmanuel III Delly, Patriarca de Babilonia de los Caldeos, el Papa manifiesta su cercanía "a la Iglesia Caldea y a toda la comunidad cristiana" reafirmando su "deploración más decidida por un gesto de violencia inhumana que ofende la dignidad del ser humano y perjudica gravemente a la causa de la convivencia fraternal del amado pueblo iraquí".
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Asimismo, el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Padre Federico Lombardi, declaró a los periodistas que “todos seguíamos esperando y rezando por su liberación, como el Papa había pedido en distintas ocasiones en sus llamamientos.
"Por desgracia, la violencia más absurda e injustificada sigue abatiéndose sobre el pueblo iraquí y en particular sobre la pequeña comunidad cristiana, a la que el Papa y todos nosotros nos sentimos especialmente cercanos con la oración y la solidaridad en este momento de gran dolor”, agregó.
El Padre Lombarda señaló que "esperamos que este trágico evento recuerde una vez más y con mayor fuerza el compromiso de todos y en particular de la comunidad internacional para la pacificación de un país tan atormentado".