Mons. Julian Porteous, Obispo Auxiliar de Sydney, afirmó recientemente que la exposición a video juegos violentos aumenta la agresividad en las personas, contribuye a la generación de adicciones y los insensibiliza de la violencia en la vida real. Destacó que esta pérdida de sentido y las imágenes sexuales no promueve la dignidad de la persona humana, y por lo tanto, "no es de nuestro mejor interés como individuos ni como sociedad".

A diferencia de películas, revistas y otras publicaciones, en Australia se venden juegos para adultos, aquellos que tienen excesiva violencia y contenido sexual, pero el gobierno de este país debatirá el 28 de marzo si se introducirán al mercado juegos más violentos, para mayores de 18 años.

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Ante esta situación el Prelado subrayó que "las causas de violencia y crimen en la sociedad son un problema muy complejo" y "no necesitamos un aumento a estos problemas con juegos que adormecen nuestra repulsión natural hacia la violencia, y con referencias explícitamente sexuales, que reducen particularmente a las mujeres a meros objetos de autosatisfacción inmediata".

El Purpurado citó un libro a cerca de este tema escrito por reconocidos psicólogos de la Universidad de Iowa, en la que se demuestra "que la exposición a juegos de video violentos aumenta los pensamientos agresivos, sentimientos de furia, excitación psicológica, comportamientos agresivos y disminuye los comportamientos generosos"

El Obispo Auxiliar también hizo mención de un estudio de la Universidad de California sobre los efectos de la violencia en los medios, que revela que "los video juegos violentos generan más conductas permisivas que llevan a actitudes riesgosas, como el uso de drogas en personas jóvenes que usan estos juegos.