El Papa Benedicto XVI advirtió los estragos que la secularización causa al interior de la propia Iglesia y pidió a los pastores renovar sus esfuerzos para evitar entre los bautizados la superficialidad y el egocentrismo “que daña la vida eclesial”.
Al recibir a los miembros de la Plenaria del Pontificio Consejo para la Cultura en la Sala Clementina, el Papa recordó que la secularización “es un tema clave para el futuro de la humanidad y la Iglesia” porque "pone a prueba la vida cristiana de fieles y pastores”.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"La secularización, que se presenta en las culturas como imposición del mundo y de la humanidad sin referencia a la trascendencia, invade todos los aspectos de la vida cotidiana y desarrolla una mentalidad en la que Dios está realmente ausente, en todo o en parte, de la existencia y la conciencia humanas", indicó.
Según el Pontífice, esta secularización no es solo una amenaza externa a los creyentes, sino que desde hace tiempo “se manifiesta en el seno de la Iglesia. Desnaturaliza la fe cristiana, el estilo de vida y la conducta cotidiana de los creyentes”.
El Santo Padre denunció que la “cultura de la imagen” actual impone modelos contradictorios y la práctica negación de Dios: “no hay más necesidad de Dios, de pensar en Él o de volver a Él”.
“La ‘muerte de Dios’ anunciada en décadas pasadas por tantos intelectuales ha sido seguida por un culto del individuo”, denunció y explicó que “la mentalidad hedonista y consumista predominante favorece tanto en los fieles como en los pastores una deriva hacia la superficialidad y a un egocentrismo que daña a la vida eclesial”.
El Papa advirtió que este contexto cultural se corre el riesgo de caer en una “atrofia espiritual y en un vacío de corazón, caracterizado en algunas ocasiones con una supuesta religiosidad y una vaga espiritualidad”.
Pidió “reaccionar” ante esta situación porque se arriesgan riesgos los altos valores de la existencia que “dan sentido a la vida y pueden satisfacer la búsqueda de la felicidad”, como la dignidad de la persona, su libertad, igualdad entre todos los hombres, el sentido de la vida y de la muerte “y lo que se espera tras la conclusión de la existencia terrenal”.