Los Presidentes de las Conferencias Episcopales de los países de América Latina y el Caribe, convocados por el Consejo Episcopal Latinoamericano (CELAM) y reunidos en Bogotá, hicieron un llamado a las autoridades de la región a renunciar "a opciones violentas y expresiones verbales que hieren y dividen".
Ante la tensión que enfrenta la región, los obispos –que preparan en esta ciudad la Misión Continental propuesta por la V Conferencia General del Episcopado- aseguran que acompañan "con preocupación la situación de angustia y tensión, que a raíz de los acontecimientos conocidos, están viviendo los países de Colombia, Ecuador, Venezuela y Nicaragua y que han originado la suspensión de las relaciones diplomáticas, la restricción de los intercambios y, por parte de los gobernantes, un clima de confrontación y de enemistad".
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Los prelados hicieron "un urgente llamado a los Jefes de Estado para que, basándose en la sabiduría ancestral y el rico patrimonio cristiano de sus pueblos, renuncien a opciones violentas y expresiones verbales que hieren y dividen y los exhortamos a buscar con denuedo soluciones que favorezcan la paz y la concordia".
Asimismo, consideraron que "la Paz de los pueblos pasa por el respeto de la soberanía territorial, la no injerencia en los asuntos propios de cada Estado, el cumplimiento de acuerdos y tratados y el recurso a las instancias y medios consagrados por la diplomacia para dirimir los problemas que eventualmente surjan".
"Todos, desde nuestras responsabilidades y funciones, debemos colaborar para que no prospere este conflicto, evitar que se agudice y afecte a Naciones urgidas de mayor integración y de justicia social y hermanadas, desde sus orígenes históricos, por estrechos lazos culturales, sociales, económicos y religiosos", agregaron.
También invitaron "a todas las comunidades cristianas, a los organismos estatales y comunitarios y a los hombres y mujeres de buena voluntad, a empeñarse en la construcción de sociedades más justas, conciliadoras y fraternas".
Finalmente, exhortaron "a todos a elevar oraciones y rogativas para que el Señor aleje para siempre de nuestros países el flagelo de la enemistad y de la violencia y consolide nuestra vocación de ser un continente unido y fraterno".