El Papa Benedicto XVI condenó el "execrable" secuestro del Arzobispo católico caldeo de Mosul (Irak), Mons. Paulos Faraj Rahho, y demandó su inmediata liberación. El Prelado fue secuestrado en un violento episodio, durante el cual fueron asesinados su chofer y dos asistentes.
"Consternado por este nuevo execrable acto, que golpea profundamente a toda la Iglesia en ese país y en especial a la Iglesia Caldea, el Papa expresa su cercanía al Patriarca, al Cardenal Emmanuel III Delly, a toda esa fiel comunidad cristiana tan golpeada, así como a los familiares de las víctimas", informó el Vaticano en un comunicado.
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Asimismo, invitó a los católicos del mundo a unirse en plegarias para que "prevalezcan en los autores del secuestro razones y humanidad", en espera de que Mons. Faraj Rahho "sea devuelto cuanto antes al cuidado de su rebaño", y reiteró su deseo de que el pueblo iraquí "encuentre caminos de reconciliación y de paz".
Según el comunicado vaticano, "todo hace pensar que la acción criminal fue premeditada".
El Arzobispo iraquí fue secuestrado tras celebrar un Vía Crucis en la iglesia del Espíritu Santo de Mosul. Un grupo de hombres armados dispararon contra el vehículo en el que viajaba cuando pasaba por el barrio Al Nur, en el noreste de la ciudad, 400 kilómetros al norte de Bagdad.
La policía desconoce si el Arzobispo resultó herido en el ataque.
Los católicos de rito caldeo constituyen la mayoría de los cristianos iraquíes, con 600 mil feligreses. La sede del Patriarcado está en Bagdad, donde viven 350 mil católicos.
Mosul es la tercera ciudad en importancia de Irak y centro de la industria petrolera. En enero pasado, varias bombas explotaron en las afueras de templos caldeos, uno sirio y un monasterio en Mosul.