En una nota editorial titulada "El Santo Patrón y la Catedral de Pinar del Río", publicada por la revista católica "Vitral" de esta diócesis cubana, el P. Joaquín Gaiga recordó que la Iglesia local sigue siendo una "Iglesia misionera".
En el artículo, el P. Gaiga señala que "la historia de nuestra ciudad corre pareja con la de la Iglesia que un día ‘persuadiera’ a los habitantes de la hacienda de Pinar del Río, que venían de lugares muy distantes a oír Misa en la pobre ermita de yagua y guano, primera Parroquia de San Rosendo, a que construyeran sus casas en las cercanías del templo".
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Así comenzó el núcleo poblacional de Pinar del Río "que con el transcurrir del tiempo vendría a ser nuestra actual ciudad".
La Diócesis de Pinar del Río fue establecida por el Papa León XIII el 20 de febrero de 1903, a sólo nueve meses del nacimiento de la República. Así surge el Obispado y se erige en Catedral la antigua Parroquia, fundada en 1688 por el Obispo Don Diego Evelino de Compostela
Bajo el subtítulo de "¿Qué Iglesia somos?", el P. Gaiga recuerda que la Iglesia Católica "comenzó el anuncio del Evangelio en esta zona de Vueltabajo hace cerca de 500 años. A finales del siglo XIX, y principios del XX, esta Iglesia contaba con numerosos misioneros laicos y religiosos que recorrieron hasta los más alejados campos y poblados, quedándose en casas de tabaco o de familias que los acogían por varias semanas".
Laicos y sacerdotes "dejaron una rica tradición de apostolado laical y de misiones campesinas que han marcado, hasta nuestros días, el estilo de esta Iglesia pinareña", agrega el artículo.
"En la actualidad –prosigue-, nuestra Iglesia sigue siendo una Iglesia misionera, que vive a plenitud la caridad cristiana, mostrada especialmente por la esmerada atención a los enfermos y ancianos, por proyectos de formación y promoción humana y por una constante preocupación en la esfera educativa a través de la catequesis y de la formación cívica fundamentada en los valores cristianos".
Se trata también de una Iglesia, argumenta el P. Joaquín Gaiga, "que ha llegado a caseríos y bateyes a través de los Ministros de la Palabra, porque ha optado por meterse dentro, por inmiscuirse, por relacionarse, por permanecer, por penetrar cada ambiente, en cada realidad humana, social, económica, sin perder su propia identidad, es decir, una Iglesia que existe, como su Maestro, compartiendo la vida de los hombres y mujeres y al mismo tiempo anunciando la vida de Dios".