El Arzobispo de Tijuana, Mons. Rafael Romo Muñoz, presentó ante el Procurador de Baja California, Rommel Moreno, la denuncia en torno a las llamadas telefónicas en las que se le pide entre dos mil y 15 mil dólares con el fin de "brindarle seguridad".
Según informó la prensa local, el Prelado indicó que los extorsionadores dijeron que "si no cooperaban con la cantidad que se indica, los templos podrían sufrir algún tipo de deterioro, en base a actos vandálicos".
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Tras hacer la denuncia, el Prelado recomendó a la población no caer en este tipo de provocaciones. Además del Arzobispo y probablemente siete sacerdotes más, también fueron víctimas de este tipo de llamadas empresarios, comerciantes, así como otras personas.
Según las versiones de los sacerdotes, los delincuentes se hicieron pasar por agentes policiales y afirmaron que el secretario de Seguridad Pública estaba a favor de un pago para dar protección.