Con el augurio de mejores relaciones entre la Iglesia católica en Cuba y el gobierno comunista, aunque sin promesas concretas, concluyó la histórica reunión entre el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado del Vaticano, y el nuevo Presidente de Cuba, Raúl Castro.
Raúl Castro, recibió al Cardenal Bertone el martes por la tarde en el “Palacio de la Revolución”. Ambas autoridades estuvieron acompañadas de amplias delegaciones.
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Por la parte del gobierno estuvieron presentes Carlos Lage Dávila y Esteban Lazo Hernández, Vicepresidentes del Consejo de Estado; el Canciller Felipe Pérez Roque; la Jefa de la Oficina de Atención a los Asuntos Religiosos del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, Caridad Diego Bello; Eumelio Caballero Rodríguez, Viceministro de Relaciones Exteriores y Raúl Roa Kouri, Embajador de Cuba ante la Santa Sede.
Por su parte, el Cardenal Bertone estuvo acompañado por el Arzobispo de La Habana, Cardenal Jaime Ortega Alamino; Monseñor Luigi Bonazzi, Nuncio Apostólico en Cuba; Mons. Juan García Rodríguez, Arzobispo de Camaguey; Mons. Juan de Dios Hernández Ruiz, Obispo Auxiliar de La Habana, Presidente y Secretario General, respectivamente, de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC); Mons. Emilio Aranguren Echeverría, Obispo de Holguín y Miembro del Comité Permanente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba; Mons. Jean Marie Speich, Consejero de la Nunciatura Apostólica; y los funcionarios de la Secretaría de Estado Mons. Nicolás Henry Thevenin, y Mons. Lech Piechota.
Según la agencia oficialista cubana “Prensa Latina”, El Cardenal Bertone y el hermano menor de Fidel, de 78 años, “sostuvieron conversaciones oficiales, en las que examinaron la marcha de las relaciones del Estado cubano con la Santa Sede y la Iglesia Católica de Cuba. Además, intercambiaron sobre asuntos de interés multilateral e internacional”.
En un breve encuentro con los periodistas antes de partir de regreso al Vaticano, el Cardenal Secretario de Estado del Vaticano señaló que el diálogo con las autoridades había sido “satisfactorio y esperanzador”, ya que hubo posibilidad de hablar sobre la necesidad de mejorar las relaciones entre el gobierno y la Iglesia local, y permitir una “participación más amplia” de la Iglesia en la sociedad cubana.
El Cardenal mencionó también la preocupación de la Iglesia "por los presos políticos y sus familiares".
El encuentro, sin embargo, concluyó sin ningún compromiso específico de parte de las autoridades respecto del deseo de los Obispos de Cuba de contar con más espacios para la evangelización, la educación y el acceso libre a los medios de comunicación.