El Obispo de Barinas (Venezuela), Monseñor Ramón Antonio Linares Sandoval, señaló que se sentía "honrado" por las pintas que hace poco aparecieron en la ciudad atacando al Prelado por su crítica al intento de golpe militar que en 1992 lideró el hoy Presidente Hugo Chávez.
El pasado 4 de febrero, el Obispo se negó a celebrar una Misa para celebrar el aniversario del fallido intento de golpe militar que lideró el entonces Coronel Chávez el 4 de febrero de 1992, aduciendo que la rebelión "fue contra el orden constitucional y por lo tanto se trató de un delito en el que además se causó la muerte de un elevado número de personas"; y que por tanto no merecía ser celebrado.
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La negativa trajo como consecuencia una serie de ataques en su contra por parte de aliados al oficialismo, quienes pintaros grafittis insultantes contra el Obispo en las paredes de la ciudad, incluso en la Catedral de "Nuestra Señora del Pilar".
"Los ataques y las pintas son consecuencia de mi decisión", dijo Mons. Linares; y explicó que cuando los militares de la región solicitaron la Misa para celebrar" el levantamiento militar, él señaló que él estaba dispuesto a celebrar una Misa por los difuntos caídos ese día, y que con gusto, en esas condiciones, celebraría en la Catedral como en años anteriores".
"Mi decisión –explicó- fue para preservar la autonomía e independencia de la Iglesia, pues no se puede poner la religión al servicio de la política; ni los sacerdotes ni el culto pueden ponerse al servicio de una ideología, ni de un gobernante".
Según Mons. Linares Sandoval quienes promovieron la Misa insistieron que ésta fuera de acción de gracias, por lo que el Obispo finalmente se negó, desatando la ola de insultos.
Según el Prelado, los ataques contra la Iglesia en Venezuela "son una política de estado del chavismo nacional, pues esos ataques no solo son aquí en Barinas. Hay que recordar lo sucedido con el Cardenal Urosa Savino y en la Nunciatura Apostólica".
El Cardenal Urosa, Arzobispo de Caracas, ha sido repetidamente amenazado de muerte, mientras la Nunciatura ha sido agredida en dos ocasiones con artefactos explosivos de bajo poder.