Durante una audiencia concedida al Consejo para las Relaciones entre la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, y las Uniones Internacionales de Superiores y Superioras Generales llevada a cabo el lunes, el Papa Benedicto XVI hizo un llamado a renovar la Vida Consagrada en la Iglesia "recomenzando desde Cristo".
Según un comunicado de la Sala de Prensa de la Santa Sede, antes de dirigirle unas palabras, el Pontífice sostuvo un intercambio coloquial con los superiores y superioras miembros de sendas uniones internacionales, en el que estuvieron presentes el Cardenal Tarcisio Bertone, Secretario de Estado, y el Cardenal Franc Rodé, Prefecto del Dicasterio que se encarga de la Vida Consagrada.
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En la conversación, según el comunicado "se puso a la luz los elementos positivos y las dificultades, las expectativas y los desafíos que las Familias religiosas encuentran en su testimonio evangélico. El "fraterno y amplio diálogo" ha resultado "fecundo", agrega el comunicado.
Concluido el intercambio, el Santo Padre agradeció la mañana de trabajo "en la que hemos podido analizar juntos las potencialidades y las expectativas, las esperanzas y dificultades que enfrentan hoy los Institutos de Vida Consagrada".
"Todos advertimos – prosiguió- cómo en la sociedad moderna globalizada resulta cada vez más difícil testimoniar el Evangelio. Si esto es verdad para todos los bautizados, con más razón aún es cierto para las personas a las que Jesús llama a seguirlos de manera más radical a través de la consagración religiosa".
"El proceso de secularización que avanza en la cultura contemporánea no se frena ni siquiera ante las comunidades religiosas", agregó.
El Papa advirtió contra la tentación de dejarse llevar por el desaliento, porque "el Espíritu Santo sopla poderosamente en todo lugar en la Iglesia suscitando un nuevo compromiso de fidelidad en los Institutos históricos y junto a nuevas formas de consagración religiosa en consonancia con las exigencias de los tiempos".
Benedicto XVI señaló que "lo que distingue a estas nuevas experiencias de Vida Consagrada es el deseo común, compartido con pronta adhesión, de pobreza evangélica practicada de modo radical, de amor fiel a la Iglesia, de generosa dedicación al prójimo necesitado, con especial atención por aquellas pobrezas espirituales que caracterizan de manera marcada la época contemporánea".
El Papa recordó luego la existencia "de una fuerte necesidad religiosa y espiritual" de los hombres de hoy; pero que "están dispuesto a escuchar y seguir sólo a quien testimonia con coherencia la adhesión personal a Cristo".
Al respecto, el Santo Padre notó que precisamente "son ricos de vocaciones aquellos institutos que han conservado o han elegido un modo de vida, frecuentemente muy austero, y por tanto fiel al Evangelio vivido 'sine glossa'"; y señaló como ejemplo "al trabajo misiones de muchos grupos y movimientos eclesiales de los que surgen no pocas vocaciones sacerdotales y religiosas".
"Pienso en las muchachas y los jóvenes que abandonan todo para ingresar en monasterios y conventos de clausura", acotó.
Refiriéndose luego a la órdenes y congregaciones de larga tradición en la Iglesia, el Santo Padre destacó que "como ustedes han subrayado, en los últimos decenios han atravesado casi todos una difícil crisis debido al envejecimiento de sus miembros, a una más o menos acentuada disminución de las vocaciones, y en ocasiones una cierta 'fatiga' espiritual y carismática. Esta crisis, en ciertos casos, se ha hecho preocupante".
El Papa destacó sin embargo que un tema recurrente en casi todos las capítulos generales de estas congregaciones "ha sido el de retornar a los orígenes", redescubriendo "el carisma fundacional para encarnarlo y actuarlo de manera renovada en el tiempo presente". Este proceso, señaló el Pontífice "ha ayudado a imprimir un prometedor nuevo impulso ascético, apostólico y misionero".
recomenzar desde Cristo También los Institutos de Vida Consagrada si quieren mantener o reencontrar su vitalidad y eficacia apostólica