Con una Misa solemne, las religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús, una fundación de origen mexicano, celebraron el pasado 14 de febrero 100 años ininterrumpidos de Adoración Eucarística por la santidad de los sacerdotes.
El Arzobispo Mauro Piacenza, Secretario de la Congregación para Clero, presidió la Misa en el convento romano de las religiosas contemplativas, fundadas en México el 3 de mayo de 1897.
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Mons. Piacenza destacó lo particular del carisma de la fundadora, Concepción Cabrera de Armida (1862-1937), una laica mexicana madre de familia, fundadora también de la congregación sacerdotal masculina "Misioneros del Espíritu Santo".
En oración, la madre de familia mexicana escuchó el llamado a crear una congregación religiosa dedicada a "rendir homenaje al sacerdocio de Cristo" y a "consolar con la oración los dolores íntimos del Corazón de Jesús".
El carisma de las religiosas de la Cruz del Sagrado Corazón de Jesús es orar por la santidad de los sacerdotes y por las vocaciones sacerdotales, una práctica recientemente solicitada a nivel mundial por el Prefecto de la Congregación para el Clero, el Cardenal Claudio Hummes.
La tradición de la congregación es que las religiosas "adopten" espiritualmente a un grupo específico de sacerdotes, por lo que no sólo oran ante el Santísimo Sacramento, sino que ofrecen sus actividades cotidianas y sus sacrificios.
Desde que inauguraron su comunidad en Roma, y en las diversas casas esparcidas en Europa y América, las religiosas han cumplido cien años de Adoración eucarística ininterrumpidas ofrecidas por los sacerdotes.