En una entrevista concedida a la agencia ANSA, el Prefecto de la Congregación para los Institutos de Vida Consagrada y Sociedades de Vida Apostólica, Cardenal Franc Rodé, lamentó que los miembros de congregaciones religiosas se secularicen, carezcan de obediencia y cada vez sean más reacios a vestirse como religiosos debido a la influencia de valores mundanos.
Al absorber los valores de la sociedad occidental, muchos religiosos se interesan cada vez menos en la oración y la vida comunitaria y se interesan más en la "libertad" individual, explicó el Purpurado.
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Según el Cardenal Rodé, la disminución en el número de vocaciones al sacerdocio y la vida religiosa –que en el año 2006 solo fue de 0,7 por ciento- no es lo que más preocupa a la Iglesia. "Caminar a la deriva hacia con valores burgueses y el relativismo moral son los dos grandes peligros que debilitan la vida religiosa", indicó.
Para el Purpurado, "el principal problema actual es el clima de secularización presente no solo en la sociedad occidental sino dentro de la misma Iglesia", y lamentó que en ciertas comunidades religiosas se observe "libertad sin límites, un débil sentido de familia, un espíritu mundano, baja visibilidad de vestimenta religiosa, devaluación de la oración, insuficiente vida comunitaria y un frágil sentido de la obediencia".
"Hoy, muchos jóvenes se sienten atraídos hacia las comunidades contemplativas porque se trata de una opción radical de vida. Hoy es mucho más atractivo quien se compromete a una vida de fe 'sine glossa' (sin anotaciones) como solíamos decir en el pasado", consideró.
El Cardenal Rodé recordó a ANSA que "la vida religiosa juega un papel clave en la Iglesia, especialmente en el mundo de la educación y caridad", indicó.