En una carta dirigida a sus fieles, Mons. José Sánchez, Obispo de la Diócesis de Sigüenza-Guadalajara (España), señaló que el Episcopado español no pretende intervenir en la contienda política, pero no puede renunciar al derecho de hablar libremente sobre asuntos públicos.
"Ha sido tal el revuelo que se ha armado con motivo de la última Nota de la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal Española, que me creo obligado a dar a mis diocesanos una explicación. Pertenezco a dicha Comisión Permanente y me siento corresponsable de dicha Nota", dice el Prelado, quien recuerda que desde 1979, el Episcopado español se ha pronunciado sobre las elecciones en notas que "son todas muy parecidas".
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Mons. Sánchez señala que "no es nuestro papel intervenir en la política de los partidos, ni en la confección de leyes, decretos, sentencias y normas del ámbito civil"; pero advierte que "nuestro espacio para hablar no es sólo el púlpito o la sacristía. Nos interesan los asuntos del mundo en que vivimos, al que pertenecemos y en el que tenemos una responsabilidad y una tarea propias".
"Para ello –agrega-, ofrecemos, nunca imponemos, criterios de discernimiento desde lo que consideramos la naturaleza de las cosas y la recta razón, reforzadas por los principios que se derivan del Evangelio y que se desarrollan en la Doctrina Social de la Iglesia".
"Nunca, tampoco ahora, intentamos imponer ni recomendamos el voto para un partido político determinado. El sentido y la dirección del voto es responsabilidad de cada uno. Sí que afirmamos que ningún partido político y ningún programa humano agotan el Evangelio o se adecuan totalmente con el mismo", señala también el Obispo.
Mons. Sánchez enumera luego los puntos sobre el que insiste la Nota del Episcopado: La vida humana desde su concepción hasta la muerte natural; las instituciones matrimonio y familia; la educación, tanto en el aspecto de la libertad, como en el de la responsabilidad primera de los padres, el terrorismo, el paro".
El Obispo reconoce que toda Nota "como toda obra humana, es perfectible, pero lamenta "la reacción que ha habido desde el poder, desde determinados medios de comunicación y en determinados ambientes sociales y aun religiosos, a base de insultos, amenazas, manipulaciones, demagogia, maniobras de división y de descalificación de los Obispos".
"Bueno sería que el tema religioso no fuera objeto de confrontación electoral, menos aún, agitada por determinados líderes políticos, de la comunicación o del arte. La experiencia en España a este respecto, no ha sido la mejor de nuestra historia", concluye el Prelado.