El Arzobispo de Colonia, Cardenal Joachim Meisner, denunció ante los demás miembros de la Conferencia Episcopal Alemana, que se está perdiendo la conciencia del pecado y de la culpa y "vivimos en la mentira de creernos inocentes".
"Pecado y culpa hoy sólo aparecen en el diccionario como términos de otra época", explicó el Arzobispo al presidir una Eucaristía con ocasión de la asamblea episcopal y lamentó que "los confesionarios, los lugares del perdón están casi vacíos".
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"Donde no hay pecado ni culpa, no hay necesidad de un Reconciliador. Por eso Jesucristo ya no es solicitado como Reconciliador del mundo Uno sólo se interesa por Jesús como reformador de la sociedad. Por eso la Iglesia solo tiene oportunidad de ser un instituto del progreso social", indicó.
Asimismo, llamó a los alemanes a acercarse al sacramento de la reconciliación y explicó que "confesarse significa acercarse un poco más al amor de Dios, es comenzar a creer que Dios nos ama, y descubrir asimismo que hasta ese momento no hemos creído con el ardor suficiente, y por eso hemos de pedir perdón, por no haber creído en una amor que sobre pasa cualquier pecado."
También hizo un paralelo del hombre actual con el hijo pródigo, y recalcó que "ya no queremos ser hijos o hijas en el Hijo".
El hijo pródigo "abandona la casa de Padre porque dejó de creer. Cuando decide volver, tiene el corazón muerte aún. Cree que ya no es amado, cree que ya no es hijo. Pero el Padre lo esperó desde hace mucho. Desde hace mucho no hace más que alegrarse al pensar que el hijo podría regresar. El experimenta un amor tan grande que se ve nuevamente como hijo, vuelve nuevamente a la vida", explicó.
Finalmente, afirmó que "el que perdona poco, ama poco", y recordó la necesidad de compartir la alegría del perdón de Dios con los hermanos, y aprender a acoger uno mismo el perdón de Dios y verse con los ojos del Padre.