El Presidente del Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, Mons. Claudio María Celli, animó a los comunicadores católicos a ser creativos para adecuar el mensaje evangélico al lenguaje de los nuevos medios de comunicación, especialmente al mundo de la "pantalla chica", como los teléfonos móviles y la Internet.
En su exposición ante la Asamblea de Delegados Diocesanos de Medios de Comunicación Social, el Prelado señaló la importancia de "tender un puente" entre las formas mismas de la cultura mediática actual "y el núcleo mismo de la comunicación como emerge de la Revelación que hemos recibido en Cristo".
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"Para el ámbito eclesial el aprecio de los medios implica que la proclamación del Evangelio no puede prescindir de la comunicación profesional en todas sus formas", expresó.
En ese sentido, recordó que en su mensaje para la 42ª Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, el Papa Benedicto XVI señaló que los nuevos medios, como la telefonía e Internet, "están modificando el rostro mismo de la comunicación y tal vez ésta es una maravillosa ocasión para rediseñarlo y hacer más visibles (…) las líneas esenciales e irrenunciables de la verdad sobre la persona humana".
"Rediseñarlos, no en orden a un protagonismo entendido como poder ególatra, sino al servicio auténtico de la sociedad, de las personas concretas que hoy pueblan el planeta. Un servicio que no puede desvincularse de la búsqueda sincera de la verdad", explicó Mons. Celli.
Por ello, el Prelado llamó a motivar a los jóvenes católicos para que se involucren en este desafío, pues con su creatividad están llamados a dar continuidad a la riquísima tradición icónica de la Iglesia, ofreciéndola "a manos llenas a la sociedad y a la Iglesia de su tiempo".
Finalmente, Mons. Celli anunció que en mayo se realizará "un encuentro con representantes de las Facultades católicas de comunicación social para encontrar luces en este sentido y animar una reflexión común que dé nuevos ánimos a esta labor universitaria".
"Una formación integral en materia de comunicación no puede ser reducida al uso de instrumentos, ni siquiera al de uso de lenguajes, aunque sean éstos muy importantes. Se trata de comprender las claves de una cultura, sus signos y símbolos, los significados, valores y anti-valores que en ella se gestan, de modo que las nuevas generaciones no se encuentren sumergidas de forma acrítica en una marea de mensajes inconexos", afirmó.