El Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, Cardenal Stanislaw Rylko, denunció que la ideología de género es una constante amenaza para la persona humana, pues presenta nuevos paradigmas que generan la difusión de identidades masculinas y femeninas extremadamente confusas.
Tras expresar que estas identidades poco claras caracterizan "una modernidad que, sin puntos de referencia, de valores indivisibles, pretende sustituir la verdad con la pluralidad de opiniones", el Cardenal advirtió que "hoy existe una gran batalla por la persona humana, por su dignidad y su vocación trascendental, combatida alrededor de la mujer, alrededor del concepto de feminidad".
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Según informó la agencia italiana SIR, el Purpurado hizo estas declaraciones en la conferencia que ofreció durante el congreso internacional "Mujer y hombre, lo humano en su entereza", organizado por el dicasterio que preside, al cumplirse 20 años de la encíclica Mulieris Dignitatem de Juan Pablo II.
"El desafío más complejo de hoy es el antropológico", en el que existen "nuevos paradigmas culturales" que "no son hipótesis fantásticas científicas, sino programas y estrategias agudamente estudiadas y puestas por obra a nivel global de manera capilar y de forma vinculante, a través del concurso de importantes agencias internacionales", advirtió el Cardenal.
Existen también, prosiguió el Purpurado, "tendencias dominantes" derivadas de "ambientes de feminismo radical" que "quieren defender la identidad femenina haciendo de la mujer la antagonista y la rival del hombre, animándola a emprender la lucha por el poder" y que busca hacer que "se cancele toda diferencia, concebidas exclusivamente como el resultado de condicionamientos socioculturales".
El Cardenal Rylko explicó que estamos entonces ante la así llamada "ideología de género", según la cual, "cada quien es libre de elegir arbitrariamente la propia identidad sexual, prescindiendo de las evidencias biológicas". Una tendencia que es vista por algunos como Jacques Derrida, como "una verdadera revolución cultural que busca deconstruir en primer lugar a la persona humana, promoviendo nuevos paradigmas en todos los sectores de la vida social".
Con esta ideología de género, que es una preocupación para la Santa Sede, explica el Purpurado, "se van difundiendo identidades masculinas y femeninas líquidas, extremadamente confusas"; emblema de "una modernidad que, sin puntos de referencia, de valores indivisibles, pretende sustituir la verdad con la pluralidad de opiniones, quedando a discreción de la subjetividad contradictoria de las elecciones individuales", mediante lo que el Papa llama "dictadura del relativismo".
Esta tendencia, concluye el Presidente del Pontificio Consejo para los Laicos, "amenaza y cuestiona particularmente las figuras de la madre y el padre, y en consecuencia la institución del matrimonio heterosexual y la familia biparental, abriéndole la puerta a una sociedad asexuada, sin hombres y sin mujeres".