El P. Donald Bolen, miembro del Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos, explicó que la crisis que vive el anglicanismo desde hace algunos años algunos reside en "algunos aspectos relacionados a la sexualidad humana" que "amenazan la unidad de la Comunión".
De este modo el sacerdote explica brevemente el conflicto originado con la ordenación del obispo episcopaliano (rama estadounidense del anglicanismo), Gene Robinson, quien siendo abiertamente homosexual fue escogido para servir en ese cargo, lo que desató gran controversia entre los anglicanos.
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En el artículo "Anglicanos, confrontación interna y diálogo ecuménico" publicado en el diario oficioso del Vaticano, L'Osservatore Romano, el P. Bolen explica que "los esfuerzos realizados por resolver las problemáticas morales han hecho que se vuelva a discutir las estructuras de autoridad, las estructuras de decisiones dentro del anglicanismo, la naturaleza misma de la Comunión anglicana, el ministerio episcopal y la interpretación de la sagrada escritura".
"Tales cuestiones, y el modo en que eventualmente han de resolverse, tienen una clara repercusión en las relaciones ecuménicas que desarrolla la Comunión anglicana, entre las que están comprendidas las que tiene con la Iglesia Católica", añade.
"Durante todo este proceso de discernimiento de la parte anglicana, el Pontificio Consejo para la Promoción de la Unidad de los Cristianos ha mantenido un estrecho contacto con sus compañeros de diálogo anglicanos, ya sea con el arzobispo de Canterbury y su oficina en el Lambeth Palace, con la oficina de Londres de la Comunión anglicana o con el centro anglicano de Roma. Las relaciones de amistad y fe que existen desde hace años han resultado en frecuentes conversaciones y en la voluntad de reflexionar juntos sobre varios temas que van emergiendo", prosigue.
Luego de comentar que "en ocasiones, nuestros interlocutores anglicanos han mirado a la Iglesia Católica y a sus compañeros ecuménicos, deseosos de recibir consejo y sustento, no han temido plantear preguntar de modo abierto y franco y escuchar lo que la Iglesia Católica ha tenido que decir", el presbítero católico afirma que "esta comunicación honesta ha sido particularmente útil dada la tendencia sensacionalista de algunos medios de comunicación que no entienden lo que realmente está sucediendo en la Comunión anglicana".
Tras explicar brevemente los trabajos realizados por las 2 comisiones oficiales para el diálogo entre la Comunión anglicana y la Iglesia Católica, en los que resalta los puntos de unidad y los que invitan a la reflexión teológica, Bolen explica que la próxima "cumbre" anglicana, conocida como la "Lambeth Conference" se realizará del 16 de julio al 4 de agosto de 2008.
"La Conferencia no es un órgano legislativo. Cada una de las 38 provincias de la Comunión anglicana tiene su propio código de derecho canónico; no existe un organismo legislativo central y común. Sin embargo, como ha hecho notar recientemente el arzobispo (Rowan) Williams, las distintas Conferencias de Lambeth en el curso de la historia han intentado que los anglicanos en todo el mundo 'actúen de modo responsable los unos con los otros y permanezcan fieles al patrimonio común de fe bíblica y doctrinal'".
Seguidamente el sacerdote explica que "la próxima Lambeth Conference se concentrará en dos líneas principales: reforzar la identidad anglicana y habilitar a los obispos para desarrollar su rol de líder en la misión. Estos dos aspectos deberían contribuir a resolver las tensiones actuales en el interior de la Comunión anglicana". En este contexto esta reunión podría dar como uno de sus frutos un pacto para alentar la unidad, precisa.
"Además de los 881 obispos anglicanos, el arzobispo Williams ha invitado a la Conferencia a casi 100 representantes ecuménicos, entre ellos los representantes de la Iglesia Católica. Para que sea un diálogo ecuménico constructivo, es importante para la Iglesia Católica entender claramente cuál es la situación de sus compañeros anglicanos".
Tras recordar la reciente declaración conjunta firmada por el arzobispo de Canterbury y el Papa Benedicto XVI en su último encuentro en el Vaticano, el P. Bolen finaliza su artículo precisando que "en el contexto actual, la Santa Sede siempre ha estado presente, en medio de los desafíos y las dificultades, ha buscado favorecer un franco debate, un apoyo sincero en la oración, un discernimiento común de las cosas que significan perseverar en la fe apostólica que se nos ha transmitido".