En una nota de la Comisión Permanente ante las elecciones generales de 2008, la Conferencia Episcopal Española recordó que, aunque los católicos pueden pertenecer o apoyar diversos partidos políticos, existen programas incompatibles con las enseñanzas cristianas y, por tanto, no deberían contar con el apoyo de los católicos.
Los obispos recuerdan que en vistas a las elecciones del próximo 9 de marzo "ofrecemos a los católicos y a todos los que deseen escucharnos algunas consideraciones que estimulen el ejercicio responsable del voto". "Hablamos como pastores de la Iglesia que tienen la obligación y el derecho de orientar el discernimiento moral que es necesario hacer cuando se toman decisiones que han de contribuir al pleno reconocimiento de los derechos fundamentales de todos y a la promoción del bien común", agregan.
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El comunicado expresa su respeto por "quienes ven las cosas de otra manera"; pero piden "libertad y respeto para proponer libremente nuestra manera de ver las cosas, sin que nadie se sienta amenazado ni nuestra intervención sea interpretada como una ofensa o como un peligro para la libertad de los demás".
"Si bien es verdad que los católicos pueden apoyar partidos diferentes y militar en ellos –agrega el documento– también es cierto que no todos los programas son igualmente compatibles con la fe y las exigencias de la vida cristiana, ni son tampoco igualmente cercanos y proporcionados a los objetivos y valores que los cristianos deben promover en la vida pública".
Por ello, "los católicos y los ciudadanos que quieran actuar responsablemente, antes de apoyar con su voto una u otra propuesta, han de valorar las distintas ofertas políticas, teniendo en cuenta el aprecio que cada partido, cada programa y cada dirigente otorga a la dimensión moral de la vida", dicen los obispos.
"No se debe confundir la condición de aconfesionalidad o laicidad del Estado con la desvinculación moral y la exención de obligaciones morales objetivas. Al decir esto no pretendemos que los gobernantes se sometan a los criterios de la moral católica. Pero sí que se atengan al denominador común de la moral fundado en la recta razón y en la experiencia histórica de cada pueblo".
Los obispos recuerdan que "no es justo tratar de construir artificialmente una sociedad sin referencias religiosas, exclusivamente terrena, sin culto a Dios ni aspiración ninguna a la vida eterna".
El comunicado también recuerda que "el terrorismo es una práctica intrínsecamente perversa, del todo incompatible con una visión moral de la vida justa y razonable"; aunque reconoce "en principio, la legitimidad de las posiciones nacionalistas que, sin recurrir a la violencia, por métodos democráticos, pretendan modificar la configuración política de la unidad de España".
Los obispos concluyen destacando algunos desafíos que enfrenta la sociedad española como la situación de los inmigrantes, que "necesitan especialmente atención y ayuda", "los que no tienen trabajo, los que están solos, las jóvenes que pueden caer en las redes de la prostitución, las mujeres humilladas y amenazadas por la violencia doméstica, los niños, objeto de explotaciones y de abusos, y quienes no tienen casa ni familia donde acogerse".