El Arzobispo de Valencia, Cardenal Agustín García-Gasco, defendió la institución familiar al recordar que ella nace del "compromiso estable y duradero del varón y de la mujer, que se dan y se reciben en alianza matrimonial, y crece con la lealtad y la gratitud de los hijos".
En su carta "La familia nace del ‘sí’ responsable y definitivo", el Purpurado criticó el divorcio porque "no ayuda a promover la capacidad de compromiso", tan esencial "para articular los derechos los deberes en una sociedad libre y democrática".
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"La libertad individual necesaria para los grandes compromisos de la vida puede verse truncada por los vaivenes en los que acaban formándose personas de comportamiento errático", advirtió.
En ese sentido, recordó el carácter libre del compromiso matrimonial como expresión de la libertad humana de dos personas maduras y responsables que favorecen una "comunidad de vida estable, al servicio de los derechos de los niños, a una educación en el amor".
Según la agencia AVAN, el Cardenal García-Gasco reconoció que la convivencia matrimonial tiene sus propias dificultades, pero aclaró que ellas no llevan fatalmente a romper los compromisos, ya que "se puede y se debe ayudar a superar esas dificultades, a proponer con esperanza una maduración en el amor y en la entrega".
"El éxito de la convivencia familiar radica en que pide que todos estén activos para construirla, cada uno desde su propio papel e identidad", explicó.
El Arzobispo también dijo que si bien "las vicisitudes del mundo actual" ignoran o desprecian con frecuencia la importancia de las relaciones familiares, la Iglesia asume el compromiso de "convertir en realidad la conciliación de la vida laboral y familiar, la superación de las crisis matrimoniales mediante la mediación familiar o la formación de los hijos".
Por ello, invitó a las familias cristianas a ser "fuente, luz y fermento de la comunidad", ya que la desfiguración de la institución familiar es la causa de desestructuración de la propia sociedad.
Finalmente, llamó a "reconocer a Dios en el origen de la familia humana" para así garantizar "la conjunción entre libertad y verdad, entre progreso científico y dignidad humana".