Más de dos mil católicos que protestaban pacíficamente en las calles de Hanoi contra la decisión del gobierno de no devolver propiedades confiscadas por el régimen comunista, que originalmente pertenecían a la Iglesia en Vietnam, fueron violentamente reprimidos por la policía en las afueras del edificio que hasta 1954 era la Nunciatura Apostólica.
El sacerdote vietnamita An Dang reveló a ACI Prensa que al llegar a este edificio, algunas mujeres intentaron trepar las rejas para dejarle flores a la estatua de la Virgen María. Cuando fueron vistas por el personal de seguridad, fueron obligadas a bajar y golpeadas duramente con varas. Algunos de los que marchaban salieron en defensa de las mujeres y terminaron enfrentándose a los efectivos.
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Durante el enfrentamiento, algunos de los manifestantes colocaron una gran cruz blanca en el frente de la antigua Nunciatura.
El P. Dang también indica que la protesta de hoy es el más grande desafío para el gobierno comunista no solo por su magnitud sino porque ha ocurrido solo algunos días antes de que las autoridades locales acusaran al Arzobispo Joseph Ngo Quang Kiet por "usar la libertad religiosa para provocar protestas contra el gobierno". Además, el gobierno también alega que estas protestas "han dañado las relaciones entre Vietnam y el Vaticano", y consideran que es probable una ruptura, explica el sacerdote.
Una fuente local dijo que la policía está tras todos aquellos que han participado en la marcha de hoy.
La marcha se inició en la Catedral de Saint Joseph y terminó en la antigua Nunciatura convertida ahora en un centro juvenil deportivo, una de las varias propiedades tomadas por el gobierno comunista. Autoridades eclesiales indican que poseen la documentación necesaria para probar que este inmueble efectivamente pertenece a la diócesis.